Después de la entrada anterior con consejos sobre cómo ahorrar con la vuelta al cole y cómo afrontar los primeros días de clase, hoy continuamos con ideas para rentabilizar las horas de estudio. Para empezar, hay que organizarse bien. No se trata sólo de hincar codos sin más y memorizar. Así lo único que se consigue es odiar el hábito de estudio y, por consecuencia, una desmotivación increíble. Y, como ya os conté ayer, con desgana es imposible hacer cualquier cosa con solvencia y al final todo se traduce en fracaso. Aquí tenéis unos consejos.
¿Cómo organizarse bien?
- Nunca planees algo irrealizable. Este año voy a estudiar cuatro horas diarias, voy a planificar mi trabajo en un horario y lo voy a respetar. Mentira, mentira y mentira. ¿Alguien ha sido capaz de llevar esto a la práctica? Como máximo, proponte llevar los apuntes al día y repasarlos. Entonces, si algún día lectivo tienes menos tareas, pues repasas lo anterior. Si no, los revisas un rato los fines de semana.
- Presta atención en clase. Los profesores, de un modo inconsciente o no, nos anuncian las preguntas del examen enfatizando algunos aspectos o, incluso, diciéndolo explícitamente. Asimismo, sus exposiciones suponen un gran avance a la hora de estudiar. Todo te "sonará", de este modo sólo te quedará repasar en casa y afianzar los conceptos.
- Toma tus propios apuntes. Ello aumentará tu concentración en clase, pero también tu interés y tu avance a la hora de estudiar. Y digo "toma apuntes", no "pedirlos", a no ser que un día pues te ausentes por alguna razón importante. Pero, si nunca te esfuerzas en trabajar durante el curso, ¿no os parece descarado pedírselo a otros compañeros? Y no sólo descarado, sino arriesgado, pues nadie te asegura que éstos sean buenos.
- Orden y buena presentación. Si hay algo que no comprenderé nunca, es por qué la gente no respeta los márgenes. Leer una página llena literalmente de letras y más letras agobia. Además, si cuidas la letra, ordenas bien el texto y eres pulcro, estudiarás con mayor facilidad.
- Organízate y establece hábitos. Esto es igual que cuando decides salir a correr cada día. Si no estableces una hora y un recorrido determinados, muy pronto buscarás excusas para escabullirte. Por eso, fija una hora y un lugar. Además, la zona de estudio debe ser confortable, pero sin distracciones.
¿Cómo estudiar?
- Prelectura e introducción. Estudiar de golpe no es aconsejable, sino que es preferible hojear los apuntes, leer por encima los títulos, los pies de foto o las negritas. Identificar la estructura del texto o recordar lo dicho por el profesor suele ayudar también. Se podría decir que se trata de un "calentamiento".
- Empieza por lo de dificultad media. Empezando por lo más sencillo, te agobiarás pensando en que aún no te has puesto con lo complicado. Comenzando por lo difícil, no rendirás, ya que todavía no estarás lo suficiente concentrado. Por ello, más vale iniciar la sesión de estudio con algo de dificultad media, continuar con algo de dificultad alta, y finalmente, terminar por lo más fácil.
- Comienza por lo esencial. La razón es simple: las primeras páginas al ponerse a "empollar" son las que mejor se estudian, pues mantenemos toda la energía. Luego, más tarde, aparecen los primeros síntomas de cansancio.
- Subraya y haz anotaciones. Lo mejor sería hacerte con un lápiz con dos colores, para diferenciar las ideas principales (rojo) de las ideas secundarias (azul). No subrayes oraciones completas, sino palabras claves. Es agobiante estudiar un folio lleno de líneas. ¡No se trata de dibujar el mapa de tu ciudad a escala pequeña! Además, subraya lo menos posible. Aprende a resumir.
- Evita algunos fluorescentes. El azul es demasiado oscuro; el naranja, demasiado llamativo. Opta por el amarillo (y para las ideas principales, por el verde). Personalmente, prefiero el amarillo para resaltar lo fundamental, y luego servirme del lápiz de dos colores, del que ya he hablado.
- Comprende, no memorices. Si quieres activar tu mente como si fuera una grabadora, debes contemplar las consecuencias: no aprenderás nada, dado que todo se te olvidará enseguida; en caso de olvidar algo en el examen, no podrás continuar y "salir del paso". Bloqueo, más nervios, más horas de estudio, desesperación.
- Relaciona tus conocimientos. Estudiando los distintos conceptos de manera aislada, tu trabajo no será tan solvente. ¿Por qué? Es bien sencillo, lo que conoces de antemano suele estar relacionado con los nuevos conceptos.
- Presta atención a la estructura. En lugar de estudiar las nociones aisladamente, es conveniente (o al menos a mí me sirve) atender a la estructura textual. Tal vez olvide algún detalle, pero siempre sé de qué "habla el texto". Por ejemplo, si estás ante un texto en el que se expone una tesis y a continuación aparecen unos argumentos y luego unos contraargumentos, pues tenlo presente a la hora de estudiar.
- Haz pausas y deja de estudiar, si no te apetece. Hay días que uno está fatigado, distraído y desganada; días en los que no te apetece más que sentarte en el sofá y dejar los apuntes. Pero, no. Quieres seguir frente a esa pila de folios tan agotadora. Pues, si intuyes que esa intención desganada va a ser en vano, que no va a ser útil, descansa y ya lo harás otro día.
- Los estudios no son tan importantes. ¿Tan necesario es un examen como para acabar sufriendo una crisis de ansiedad? ¡Qué va! No se puede conseguir todo. Quedan muchos exámenes por hacer, muchas cosas. Además, lo importante es vivir; el resto es adicional. Por eso, no sientas frustración si tus resultados no son los esperados o si vas apurado a un examen? Tranquilidad.
- Recurre a la mnemotecnia. Hay muchas técnicas, pero os voy a enseñar mi "último descubrimiento". De cada párrafo o de un grupo de ellos, escoge una palabra, y luego forma una oración con las iniciales de ellas. Para ilustrar esto, vamos a servirnos de los puntos de esta parte, a "¿cómo estudiar?". INTRODUCCIÓN - DIFICULTAD - ESENCIAL - SUBRAYA - FLUORESCENTES - ENTENDER - RELACIÓN - ESTRUCTURA - PAUSAS- IMPORTANCIA - MNEMOTECNIA Resultado: INDIES SUBEN RESPAINIA. No tiene mucho sentido el final. Hay, además, un inconveniente: no sólo tienes que estudiar, sino aprender la frase (con poco fundamento) y desmenuzar su simbología. Con todo, lo recomiendo para algún que otro apunte que se te resiste.
Y, hasta aquí el artículo de hoy. Recuerda que no todos los consejos los podrás llevar a la práctica. Cada persona es un mundo, y las necesidades individuales son muy difíciles de reflejar en esta entrada. Por ello, anímate a probar estos consejos y seguro que te ayudarán. Yo ya los he empleado todos, aunque muchas veces, debo reconocer, no los pongo en práctica. Con todo, ante el inminente curso académico me he propuesto seguir estas pautas. Ya os contaré como me han ido, y por supuesto, si queréis contarnos las vuestras, dejad un comentario.
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