Hace unos minutos ha terminado el segundo episodio de Vive Cantando, la nueva apuesta de ficción por parte de Antena 3. Por ello, vamos a analizar los pros y los contras de la serie. Pero antes os ofrezco un repaso de los personajes y su relación entre ellos.
LOS PERSONAJES
En primer lugar, tenemos a Trini (María Castro), acostumbrada a hacer lo que quiere sin dar explicaciones hasta que se ve obligada a volver al pueblo de su infancia para ponerse al mando de una familia que había dejado atrás. Para ser más exactos, regresa para cuidar a su padre Rafael (Manuel Galiana), de naturaleza hermética, gruñona y con síntomas seniles, y sus dos sobrinos, Paula (Ana Mena) y Nacho (Daniel Avilés), ambos con problemas para encarar la presión social y las inquietudes propias de su edad. Pero, sobre todo, la razón por la que Trini ha vuelto es para ayudarles a sobrellevar la pérdida de su hermana, es decir, la madre de sus sobrinos.
En segundo lugar, nos encontramos con la familia de Asun (Esperanza Elipe), una mujer cotilla que lleva una buena vida sin problemas económicos, gracias a la profesión de su marido Julián (Alberto Jiménez). Éste sobresale por su carácter meticuloso y ordenado. Además, tienen dos hijos, María José (Sandra Blázquez) y Carlos (Ignacio Montes), cuyos papeles se resumen en personificar los clichés de la adolescencia y sus estereotipados dilemas.
En tercer lugar, está el bar El Caño, cuyos dueños son un matrimonio devastado por la rutina. Además, la esposa, Candela (Mariola Fuentes), al descubrir los sentimientos románticos que siente su esposo, Mariano (Javier Cifrián) hacia otra mujer, su día a día cambiará radicalmente. Luego, tenemos a su hijo Jeco (Víctor Sevilla), que actúa como el típico ligón de Globomedia. También está Ceferino (Andrés Arenas), un cliente asiduo del bar. Cerca del establecimiento, transitan dos policías, Geli (Geli Albadalejo) y Tito (Juan Fredsa). Este último se ha enamorado de Lola (Nancy Yao) una atractiva vendedora ambulante, que lo evita.
Por último, tenemos el karaoke La Bamba, cuyos propietarios, Juanjo (José Luis García Pérez) y César (Gorka Otxoa), intentan estar cerca de las chicas que les atraen. En concreto, al primero le gusta (o más bien le gustaba) Trini; al segundo, Lucía (Roko), inocente, llena de amor y camarera del negocio.
Presentados los personajes, continuamos enumerando lo bueno y lo malo de la nueva ficción de Atresmedia.
LOS PROS
- No es pretenciosa. La humildad de los personajes y la sencillez del barrio acompasan con la serie. No busca la emoción fácil, ni recurre a reflexiones pedantes ni la producción refleja soberbia. Todo lo contrario. Transmite buenas intenciones y un gran mimo por parte de responsables.
- Personajes cargados de empatía. Una buena parte del reparto es solvente, y si a ello sumamos unos perfiles con los que no es complicado identificarse, tenemos entonces una digna ración de entretenimiento.
- Emociona. Dudo de que alguien pueda llorar viendo esta ficción, pero los sentimientos que los guionistas quieren transmitirnos se muestran con una nitidez notable.
- Buena carta de presentación. La mayoría de series españolas comienzan con un primer episodio olvidable y decepcionante, por lo que la acogida progresiva por parte de la audiencia es desalentadora y, en pocas palabras, nula.
- Buenos giros argumentales. Alguna que otra vez he anticipado lo que iba a suceder, pero no. Craso error. Estaba equivocado. Por ejemplo, en ningún instante me podía imaginar que Roko era cómplice de su novio, el carterista, ni tampoco que Candela pidiera la separación a su marido, después de mostrarse emocionada por la escena de la ranchera. Se podría decir que los guionistas querían jugar con la audiencia, algo que no me desagrada.
LOS CONTRAS
- Demasiado conservadora. Los espectadores están cansados de las ambientaciones de barrio y de personajes "de la calle". Por este motivo, las series históricas cuentan cada vez más con el beneplácito de la gente. Sin embargo, las televisiones se empeñan en mostrarnos otra versión de Aída. De hecho, el bar El Caño y las calles presentan una apariencia similar al bar Reynolds (Aída).
- La reencarnación de Física o Química. Los pequeños, los adolescentes e, incluso, Trini no dudan en imitar ese borrón de ficción, que llamaron Física o Química. Los clichés de siempre, las tramas tan manidas de siempre. Si se hunde esta ficción, una buena proporción de la responsabilidad la tiene esto.
- Algunos personajes caricaturizados. La familia de Asun es lo más caricaturesco que he visto nunca. ¡Hasta parece una parodia! Asun se muestra demasiado cotilla; su marido, absurdamente soso y parado; sus hijos... Mejor no comento.
- No todos los actores actúan bien. Roko sobreactúa, probablemente por su inexperiencia. Parece que sólo se ha preparado el personaje con un cursillo de iniciación al teatro. Y, no es la única. La actriz que encarna a Paula necesitaría mejorar su expresión, porque resulta forzada. Por suerte, los dueños de La Bamba, Candela, Trini y su padre nos hacen olvidar estos inconvenientes.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión, digamos que es una ficción que se halla en tierra de nadie, pero que, con algo de esfuerzo, podrá encontrar su sitio. Pero, de momento, encontramos un intento de innovación pero el costumbrismo al estilo de los fracasados Los Quién o Fenómenos, una mezcla de buenos actores y personajes y de otros no tan buenos, o una ambientación al estilo Aída, pero con un sabor propio al incluir el karaoke. Aún así, merece la pena ver los primeros episodios y que cada uno saque sus propias conclusiones.
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