domingo, 22 de septiembre de 2013

El Compás de un Bolero Descompasado (Microrrelato)

Dirigió sus ojos hacia el gran espejo del salón y la observó atentamente, sin despegar la vista de aquel corto y elegante vestido suyo. Un vestido rojo como los labios de su propietaria, tan intensamente vigorosos como el poder de una pasión adolescente. No quería que aquella chica radiante y sonriente se percatara de su inexperiencia en danzas y bailes, por lo que intentaba disimular esto por medio de risas nerviosas y delatoras.  Sin embargo, a ella le bastaba con que su pareja de baile se dejara llevar por el ritmo de la música y le ofreciera una velada íntima y evasiva de todos los obstáculos que se le interponían en sus quehaceres cotidianos. Por suerte, su torpe partner le ofreció cuanto pidió, probablemente porque se olvidó de sí y bailó con ella hasta desfallecer, hasta que los grillos entonaban un canto tan enérgico que la música de la radio dejó de escucharse con nitidez hasta reducirse a un simple susurro. Dos gardenias para ti, con ellas quiero decir te quiero, te adoro, mi vida;  ponles toda tu atención porque son tu corazón y el mío... Antonio Machín y el frescor del rocío que invadía la estancia animaron la verbena de sus almas. Sin música siguieron bailando ellas dos.

La chica alegre del vestido rojo y la chica triste del vestido rojo. Tan idénticas en apariencia tan distintas en realidad, en la más cruel realidad. Helena danzó aquella noche acompañada por su propia proyección en el espejo, pero sola, terriblemente sola. Su elegante vestido rojo no era más que un guateque de retales de otros vestidos y trajes de andar por casa. Sus onerosos zapatos negros se desvanecían en pantuflas desgastadas tras ser canalizados por el cristal de la realidad. Todo era una farsa, pero nadie le podría robar la sonrisa que esbozó en su intento frustrado por moverse al compás de la música. Además, el objetivo se veía más difícil sin pareja, provista tan sólo de su imaginación. No obstante, andaba ya empachada de tantos ligoteos de una noche, de dar rienda suelta a la lujuria en un descampado en los asientos traseros de un coche y de bailotear con donjuanes faltos de carisma, pero rebosantes de inseguridad. Estaba harta, cansada, hasta las narices, de ser el blanco lascivo de todos los chicos y al mismo tiempo el centro de la diana para las chicas envidiosas. ¿Por qué nadie veía en ella una amiga o una persona con más dones que el de la seducción? ¿Acaso ella no valía para eso y mucho más? En efecto, la efervescencia de sus cavilaciones amainó más tarde, porque intuía que lo mejor de su existencia estaba por llegar, porque tenía claro que tenía tantas cosas por hacer en esta vida y tan poco tiempo para efectuarlas que sería de bobalicona malgastar los días así, porque al fin y al cabo sólo quería darle vida a sus años sin importarle en qué forma, ni dónde, ni cómo. Así pues, le dio al play y continúo bailando a pesar de algún que otro traspiés y pese a evocar inoportunos fracasos frustrados, hasta que dejó de pensar en ella y se convirtió en música, en concreto, en el aquel bolero titulado Toda una vida

2 comentarios:

  1. pues me ha gustado, un relato muy bien escrito y con una descripción muy elocuente del ánimo de la "perdedora" (es lo que más me ha gustado). leería más pero estoy liado con lo de los premios 20blogs y quiero visitar todas las páginas posibles. te dejo mi blog por si quieres devolverme la visita, es http://alejandrovargassanchez.blogspot.com un saludo, suerte con el concurso

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    1. Hola, Alejandro. Lo primero, muchas gracias por comentar, y lo segundo, suerte a ti también con el concurso, ya que por lo que veo también participas en los premios 20blogs. Si te gusta lo que escribo, te recomendaría un relato (dividido en nueve capítulos no muy largos que escribí esta Navidad). En esta entrada están todos los enlaces para leerlos: http://elacantiladodelaspalabras.blogspot.com/2013/12/villancicos-y-villanos-presentacion.html . Por cierto, gracias por dejarme tu blog. He leído por encima algunas cosillas y me han resultado interesantes, la verdad. Te he dejado un comentario en una entrada tuya, titutada "El callejón" (http://alejandrovargassanchez.blogspot.com.es/2013/11/el-callejon.html).

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