HÉROES Y VILLANOS - Estreno 5ª temporada - El acantilado de las palabras

Es un placer presentaros la nueva temporada de Villanos. Se titula Héroes y villanos y supondrá un paso más en la amistad del sacerdote Francisco, el altivo y mujeriego Carlos y Emilio, idealista, algo inmaduro y frustrado. Las historias serán cercanas, exprimirán lo cotidiano -como hasta ahora-, pero en ellas veréis potenciados algunos aspectos.

Uno de ellos es el diálogo. En buena parte de los capítulos los diálogos se convierten en los auténticos protagonistas. Es un modo de hacer el texto más ágil y de aproximaros más a los personajes. Muchas obras literarias se convierten en un arsenal de descripciones y de información irrelevante para la acción. En algunos casos se agradece. De hecho, la maestría de Flaubert y Pérez Galdós radica, en cierta medida, en saber describir sin eliminar el interés de esos pasajes. Con todo, en Héroes y villanos opto por reducirlos, pues leer desde el ordenador es algo "incómodo" y la acción, a mi parecer, debe predominar sobre la descripción.

Otro aspecto es la variedad de los temas. Política, filosofía, amor, amistad, sexo, religión, traumas, paternidad, televisión... Son asuntos que abordaré a lo largo de los capítulos. ¿Y por qué se titulan las nuevas entregas Héroes y villanos? Pues, porque se centrarán en los distintos tipos de masculinidad, en cómo los hombres se enfrentan al miedo y a su propia cobardía por culpa de los estereotipos, en la lucha entre los valores morales y el camino fácil de acatar las normas éticas impuestas, o en cómo la fama instantánea puede destruir al individuo. Estas y otras cuestiones trataré, pero bajo el manto del humor sutil, ácido y, a veces, negro.

No menos importante es la extensión de la temporada. De momento, serán 22 capítulos e, incluso, podría haber alguno más. Ahora mismo solo llevo dos escritos, por lo tanto, si el ritmo es demasiado frenético y siento que no soy capaz de escribir tan rápido (y más en verano), haré un descanso a la mitad de temporada. Con todo, esta vez cada episodio sí que será más breve, salvo contadas excepciones -como el primero-. Rondarán las 1300-1400 palabras.

He trabajado, asimismo, en buscar metáforas y símiles más personales, en huir de lo estereotipado. No obstante, las alusiones a escritores (como Quevedo en el segundo capítulo), a la actualidad política, a los programas de televisión, a la pintura y a otras figuras serán una constante.

Ojalá la acogida sea tan buena como lo ha sido hasta ahora, y me gustaría que dejarais vuestros comentarios con vuestra opinión, porque eso siempre sirve para mejorar.

AVANCE PRIMER CAPÍTULO DE "HÉROES Y VILLANOS[...] La discusión continuó la noche siguiente a la misma hora.
— Reclamo la autodeterminación. Quiero la independencia y reivindico así mi idiosincrasia, mis valores y mi historia —espetó Carlos.
— ¿La independencia del sector C? ¿Dónde venden setas alucinógenas?
— Pues en tu parroquia, ¿o, si no, cómo explicas que alguien pueda tragarse esas chorradas? Una paloma semental, lenguas ardiendo... ¿Es esto un concierto de los Rolling Stones?
— Blasfemar contra Dios es alardear de ignorancia —indicó el religioso.
— Retomando el tema de la independencia, vamos a ver… ¿Te crees que el resto de sectores vamos a aceptar tu propuesta? Independencia respecto a qué o quién —interrumpió Emilio.
— Hacia vuestros abusos. He tenido que ceder, poner en un segundo plano mis intereses para ensalzar los vuestros… Sois la culpa de mi mal y de todos los males.
— Claro, claro, la Gran Guerra fue culpa nuestra, y los fascismos, y las epidemias, y las glaciaciones, y el deshielo de los casquetes polares… —ironizó Francisco.
— Efectivamente, y se os olvidan dos males más: la prensa rosa y la moda guiri de combinar calcetines con chanclas.
— Dejaos de bromas, esto es un asunto serio —gritó Francisco.
— ¿Qué esto es serio? Miraos bien. Carlos, tienes 35 años; y tú, Paco, 53. Parecemos niños pequeños, o, mejor primitivos. Venga, corred, y pintad búfalos por la casa. Primitivos, neandertales… Bestias… Recordad vuestra historia. Compartimos el mismo útero, el de la soledad. Nos unimos para evitar la sensación amarga de llegar a casa y sentir que el único ser que nos esperaba era un mosquito tocapelotas. O dos.
— Por cierto, Carlos, ¿qué haces? –preguntó desconcertado el cura.
— Pues pintar un búfalo, como ha dicho Emilio —dijo tras desplazarse desde la zona 0 hasta la pared del comedor.
— ¿Un búfalo? ¡Pero si tiene dos piernas, dos brazos y…? ¿Qué son esas dos líneas en la cabeza?
— Cuernos. Es el marido de la tía que me trajiné el sábado. ¡Menuda pájara! Si los cuernos fueran velas, su cabeza sería la tarta de un centenario.[...]