martes, 7 de enero de 2014

Masterchef Junior: las claves del éxito.

Anoche TVE emitió la última entrega de su Masterchef Junior. La audiencia ha respaldado el programa desde el principio. 15,9%, 14,8%, 19,2% y 21,7% han sido las cuotas de pantallas de los cuatro programas. Por ello, voy a analizar los puntos que considero más importantes sobre el formato. 

UN CASTING GENUINO
Muchas veces los programas olvidan la importancia de escoger unos participantes con los que el espectador pueda identificarse, aborrecer o amar, y sobre todo, emocionarse. En este caso, los televidentes hemos podido conmovernos con la ternura de Noa, la perseverancia de Mario, la naturalidad de Esther, la creatividad "desbordada" y la gracia de Aimar, la competitividad de Juan... De hecho, han sido tan maravillosos los 16 niños que "entristece" no haber tenido la posibilidad de conocerlos mejor. Y, cuando un programa provoca estos sentimientos, sólo puede ser síntoma de que es un éxito, y no sólo por su rendimiento en el prime time.

UN JURADO CÓMPLICE Y UNA PRESENTADORA CORRECTA
Nadie duda de que Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, cocineros y chef del restaurante El Bohio (Toledo) y Abac, respectivamente, forman una pareja televisiva atractiva e interesante. Su pique sano y la competitividad entre ellos aliña la participación algo insípida de Samantha Vallejo-Nágera. Con todo, hay que reconocer que se ha "mimetizado" mejor en el programa. De hecho, la pareja Pepe-Jordi es tan potente que opaca el brillo de ella. Tampoco podemos decir que Eva González haya hecho un mal trabajo. Todo lo contrario: es una presentadora profesional y cumplidora, aunque, sinceramente, me gustaría que irradiara algo más de carisma, de personalidad, que no fuera tan estática básicamente.

ADAPTACIÓN DEL FORMATO Y RESPETO HACIA LOS NIÑOS
Masterchef Junior no ha sido un programa de adultos con niños, sino un programa de niños para niños y adultos. En cada programa eliminan a cuatro concursantes; las distintas pruebas sólo suponen más puntos para ellos, no su nominación o eliminación directas; cada participante al ser eliminado recibe un trofeo y algún regalo; se premia más el aprendizaje que la calidad; el jurado valora de acuerdo a la edad y son más "tolerantes" ; el programa fomenta el compañerismo ante todo... Todas esas razones dan credibilidad al formato, pues la productora Shine Iberia y TVE han tratado a los niños como personas, en lugar de "materia" para hacer billetes. A mi parecer, los han como si fueran sus hijos, sin mimarlos en exceso, pero sin olvidar que son niños y que merecen un trato especial. Tal vez dos horas de programa es una exageración, a veces, pero en realidad su enorme calidad hace que podamos perdonar ese pequeño "defectillo".

En definitivo, un aplauso a todos los que han participado en Mastercher Junior porque han respetado tanto a los niños como al programa, y, sobre todo, han hecho televisión de calidad. Ahora sólo nos queda esperar Masterchef 2.

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