Del primer capítulo me gustaría destacar dos cosas: los personajes se comportan con más naturalidad, ya no se autoparodian tanto, y los guiones están más trabajados. Sin embargo, el final no alcanza un clímax cómico y, encima, se precipita. 8+ 6- nota final > 7
+ Antonio Recio taconeando. Así comienza el capítulo. Las primeras escenas han servido para refrescar la memoria y recordar cómo acabó la comunidad. Por suerte, a diferencia de la temporada anterior, esta vez las secuencias "introductorias" han sido reducidas. Los guionistas "han ido al grano" y han planteado las tramas casi desde el principio.
- Llegada de Rebeca. María Adánez era mi "debilidad" en Aquí no hay quien viva. Ahora no es más que un personaje descafeinado. Probablemente vaya a provocar muchos conflictos (y tramas), pero no me convence.
+ Escena de Maite y Amador en la que recogen chatarra y los pilla la policía. Se trata de las secuencias más plásticas, pues recrea con bastante solvencia la mendicidad en la que se ven postrados.
- Primera aparición del capítulo de Estela: demasiado gritona y extraña. A mí no me molesta que grite, pero se la veía cambiada. De todos modos, siempre es un placer disfrutar del trabajo de Antonia San Juan.
+ Explicación de la marcha de Maxi: se ha marchado para dar la vuelta al mundo con su muñeca hinchable Ana Rosa.
+ La matrona Josefina: surrealismo puro y duro. "¿Qué hacemos con el miedo? Una patada.", su accidente en bicicleta y, en general, todas sus intervenciones han aportado las cómicas del capítulo.
- La pelea entre Amador, con su soplete, y Antonio, con su pistola eléctrica. Sin comentarios. Infantil. Tan infantil que Pocoyó parece una serie para adultos.
+ A carcajadas me reí con la escena del ecoparque. Antonio ocultándose en un contenedor, el vigilante encontrándolo, Coque huyendo con un tubo de escape...
+ Otro puntazo fue la discusión de la familia Maroto-Trujillo sobre el nombre de la hija.
- A la "cena romántica" del matrimonio Recio y Coque le ha faltado chispa.
- La trama de Amador, "el chatarrero conceptual", más que un homenaje a Homer Simpson o a AQNHV, cuando Roberto pinta cuadros a trochimoche, me parece más una copia de esta última. No era mala, pero pasa desapercibida. Tal vez la mejor opción sería haber desarrollado el encuentro homosexual entre "el vividor follador" y el crítico de arte, siendo Amador prostituto o engatusarlo para sacarle el dinero. No sé... Cualquier opción, menos ésta.
+ La ayuda de los vecinos a Lola haciendo pilates, ejercicio o la conga. Tan hilarantes como inverosímiles. Con todo, me dejaron una buena impresión.
+ El parto de Lola. La discusión y la tensión sexual entre Estela y Fermín me encantó. Fue algo emocionante ver cómo Estela llora nada más ver a su nieta, y eso que deseaba su muerte prenatal.
- Homenaje a Mariví Bilbao. Aunque para mí (y para muchos) era una actriz enorme que nos hizo reír hasta reventar en las comedias de los hermanos Caballero, a mí el homenaje me sobró. No lo encontré natural, ni sentido. Parecía que los guionistas querrían demostrar que aman a la bilbaína, pero me resultó algo exagerado y "falso". Sólo es una opinión. En cambio, sí que me gustó el de Emma Penella (Enrique afirma en un capítulo de la segunda temporada que a la que más echaba de menos era a su suegra). Lo que nunca entenderé es por qué no despidieron a Gemma Cuervo por la puerta grande, sino sin explicar su marcha ni nada. Parece ser que hay que estar muerto para que te recuerden.
A mi aparecer, el segundo episodio mejora respecto al anterior. Sin embargo, echo en falta más momentos cómicos y diálogos con humor más inteligentes, o al menos, no tan grosero. También me ha resultado algo largo. Con todo, es un capítulo recomendable. 10+ nota final > 7,5
+ Fermín y Estela a cargo de su nieta. En todas las escenas en que han aparecido han sido desternillantes. Sus discusiones, su modo de conseguir licencias, su conversación en la consulta médica...
+ Regreso de Internado Sangriento. Nunca me hacen reír, pero en cambio aportan variedad a los capítulos. Además, ¿a quién no le "choca" la televisión dentro de la televisión?
+ Trama de Antonio y Berta. Entretenida. Ha tenido momentazos, pero no hasta el punto de partirse el culo. Con todo, me gusta que Berta tenga más protagonismo, porque se lo merece. Por ello, no me quejo de esta trama ni mucho menos de su terapeuta (un psicólogo argentino que ponía de los nervios a Antonio). Por cierto, los episódicos de esta temporada son estupendos.
+ Escena en el piso de Judith en el que el "equipo A" busca la agenda de Rebeca con un pasamontañas. Además, esto ha servido para revivir la esencia de Aquí no hay quien viva. No sé el porqué, pero las secuencias del restaurante mexicano poseían un toque de la comedia de Antena 3 y eso siempre es bueno.
+ Momento en que los padres de Lola descubren que el bebé que habían robado para sustituir a su nieta por unas horas era un niño. Enorme Estela cuando dice "métele los juegos para dentro como a los travestis".
+ Trama de Amador y Maite. Ser los intermediarios entre las prostitutas y los viejos salidos, y la casi "prostitución" del "capitán salami" ha sido una de las aventuras que más me han agradado de la familia Rivas desde los inicios de la serie. Por cierto, es la primera que el striptease de Amador me hace gracia y eso que nunca le visto ni una pizca de comicidad.
+ Rebeca huyendo de Santi, su expareja. Gracias a estas escenas hemos conocido un poco más al personaje.
+ La trama de la cooperativa de los leones no estuvo mal, pero no destacó.
+ Berta imitando a Antonio y viceversa. Por estos detalles sigo la serie.
+ Estela en el confesionario. Está sembrada la actriz, y eso que su papel es complicadísimo, porque hacer de Estela sin sobreactuar es difícil, y Antonia lo logra.
+ Cameo de MªCarmen y sus muñecos. Probablemente fuera insustancial, pero al menos aporta algo de novedad al capítulo. Además, los guionistas insertaron muy bien su aparición, sin que quedara forzada.
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