Con la publicación que estás leyendo, este blog cuenta ya con 200 entradas. Música, televisión, literatura, artículos satíricos, mis propios relatos y otros temas han estrechado sus manos en esta web. Para celebrar este número redondo, os invito a leer las veinte entradas clave. Admito que tengo una especial veneración por mis relatos relatos aquí publicados: Villanos, 60 días para morir y algunos cuentos. Con todo, no puedo dar de lado otras entradas que dan cuerpo a El acantilado de las palabras.
La primera entrada de El acantilado de las palabras o, más bien, la primera entrada coherente del blog, cuando comencé a tomármelo en serio. Fue el primer trago de vinagre, el primer artículo satírico. Introduciría mil cambios, pero prefiero que quede así, que refleje cómo escribía, lo que sentía y hacia dónde quería ir. Fundamental.
Mucho más reciente es esta reseña sobre Algo que celebrar, una comedia de Antena 3 cancelada, por no contar con el respaldo de la audiencia que merecía. Aunque imperfecta, resultaba fresca, irreverente, divertida...
Poco aficionado a las películas, pero pese a ello quise compartir mis impresiones sobre esta enorme comedia francesa, aunque con ciertas pinceladas dramáticas. Me gustaría publicar más reseñas de cine. Es un camino más.
En la semana de efervescencia eurovisiva, la gran semana de mayo para mí y para muchos, recibió esta publicación un buen número de visitas. Aquí repaso las distintas candidaturas de la edición LIX y esa pasión por el ESC me lleva a tenerla en cuenta en esta entrada.
Mis estudios de Filología Hispánica me sensibilizan contra las expresiones que transgreden la corrección idiomática. Por ello, en las entregas de "La lavadora del castellano", dos de momento, señalo errores, los explico y ofrezco alternativas para expresarnos con corrección, puliendo los fallos que atentan contra un castellano esmerado.
Recibí un comentario de una chica para proponerme reseñar los discos de KUDAI, un grupo pop chileno. Las canciones me gustaron y me agradó recibir una sugerencia, ante esto, ¿cómo negarme a aceptar la propuesta? Dicho y hecho.
Una de las entradas más visitadas y más compartidas, y una de las pocas dedicadas a Amaia Montero, que con su último disco regresó por todo lo alto a los corazones de sus seguidores, aunque no tanto en las listas de venta. Tal vez el gusto del público va por otros derroteros. Toca aceptarlo.
Esta Navidad publiqué cuentos brevísimos relacionados con la Navidad. Este fue el último y quizá el más arriesgado para mí. No desvelaré la temática, pues no quiero arrebatar el factor sorpresa.
Este fue el tercer cuento de Navidad. Los conflictos familiares, la soledad y otros temas inherentes al ser humano conforman un cuento del que me siento muy satisfecho.
Villanos es la primera historia que escribo; se trata de un relato que consta de 60 capítulos entre los que hay una mixtura de temas, tonos, distintos tipos de humor y sentimientos. La venganza de la cigüeña pertenece a la quinta temporada y, aunque no es el más visitado de la serie, para mí es uno de los más irreverentes, sarcásticos y más ácidos de los 60. Trata sobre la paternidad y es un sátira de gordos, obesos, etc.
Este pertenece a la sexta temporada de Villanos y con un humor más blanco y menos corrosivo aborda la paternidad frustrada y la inseminación artificial. Tampoco consiguió muchas visitas, en comparación con otros, y, por ello, lo reivindico.
A raíz de la adaptación de Pérez Reverte, surgió un debate sobre cuándo y cómo se debe empezar a leer El Quijote. ¿Se debe leer en las escuelas con carácter obligatorio? ¿Cervantes aprobaría esta poda? Me apeteció dar mi punto de vista; lo hice. Intentaré en las próximas cien entradas dedicar más tiempo a las publicaciones de opinión pura y dura.
Fue tal el impacto que me causó esta serie de la HBO que me ha cambiado mi forma de ver la vida (y la muerte). La conocí gracias a una página web y no podéis imaginar lo que lo agradecí; yo también quería poner mi granito de arena para que los "despistados" descubran un nuevo modo de estar en la tierra. Sus diez últimos minutos tal vez sean los más gloriosos de la historia de la televisión.
Aquí podéis encontrar el listado con los sesenta capítulos y mi top 15, es decir, los que más o menos tienen un poquito de todo lo que podéis encontrar a lo largo de los episodios. Con todo, debo avisar de que siempre intento que cada capítulo tenga su identidad, ese algo que lo haga especial. No creo que leer uno te permita hacerte una idea clara de lo que vas a encontrar después. El relato cuenta la historia de tres hombres que viven juntos y luchan a su manera y con las herramientas con que cuenta para enfrentarse a la soledad, así como encauzar sus vidas.
Si hay una novela especial y enorme, esa es la cervantina. El Quijote es un texto repleto de juegos, de silencios, de intertextualidad, de interpretaciones, etc. Hay numerosos estudios gracias a los cuales he accedido a un conocimiento más profundo de la obra. Con un propósito didáctico, quería aportar mi pequeña, minúscula, contribución publicando algunas notas y observaciones, la mayoría de mi cosecha a través de un lenguaje llano y ejemplos. Por cierto, esta fue la tercera de un especial de cinco entradas. Os animo, por supuesto, a conocerlas todas.
Es el tercer capítulo de 60 días para morir. Para mí es muy emocionante publicar un relato dividido en 20 capítulos, daros a conocer una historia turbulenta, que a mí mismo me conmueve y me hace cuestionar muchas cosas mías y del mundo, a pesar de que yo he sido quien la ha escrito. Uno de mis sueños es publicar una novela, quizá muy diferente a estos relatos publicados, pero por ahora me conformo con que gracias a este blog exista la posibilidad de que os animéis a leerme. He aquí la sinopsis:
Con 19 años y con una pericia vital cada vez más dilatada, Irene Meroño debe encarar el último trance, el más difícil: la muerte. Justo en la efervescencia de la juventud, en el momento en que debe buscar un rumbo e ir trazando los proyectos de su existencia, los soportes de su presente y su futuro, la noticia de que en 60 días morirá le cae de la cabeza a los pies como un jarro de agua fría. Lejos de angustiarse, de caer en una depresión y llorar por lo que perderá, ella opta por escurrir sus últimos días con todas las fuerzas que irá perdiendo, a veces con una moral cuestionable. A lo largo de la postrimería de su existencia, luchará por cumplir los deseos de su lista, en ocasiones, cotidianos, en otras, inusuales, surrealistas. 60 días para morir es un viaje hacia un adiós apresurado y hacia el principio de unas creencias firmes que comenzarán a tambalearse. Pretende, en definitiva, ser un relato, una historia, pero, ante todo, otra forma de sentir.
Este es el primer capítulo de 60 días para morir. Y la calurosa acogida de gente cercana a mí y otra menos próxima me emocionó, sinceramente. Son 20 capítulos, espero que tú también te animes a leer, a conocer una historia con la que deseo que alcances "otra forma de sentir".
“Tú no tienes abuela, blogger”, pensaréis; la tengo, pero eso no impide que me sienta muy orgulloso de esta reseña de 2013, la más filológica a mi parecer. Aporto mi opinión y mis observaciones, pero sin descuidar mi propósito de acercaros a Cien años de soledad.
Difundida por algunos foros y otros espacios por parte de otros lectores y unos de mis tragos de vinagre más visitados, es una sátira contra el fenómeno fan desmedido. No cae en la carcajada: con bastante humor, pero sin excesos. Pretendo ser crítico con la sociedad sin caer en lo superficial, en lo banal. No hay asunto más serio que la risa.
Mi último trago de vinagre, mi última sátira. En ella caracterizo y caricaturizo en cierta medida las revistas para adolescentes, porque fomentan estereotipos y modelos de mujer que no se ajustan al mundo real y que, por ello, sus lectoras, víctimas de esos textos superficiales y de su escaso espíritu crítico, incurren en errores que pueden joderles la vida. Todo ello, sin perder el humor corrosivo.
Gracias por leer, gracias por comentar, gracias por vuestro respaldo, por animarme a escribir una entrada más. 200 GRACIAS.
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