martes, 9 de mayo de 2017

EUROVISIÓN 2017 - Primera semifinal


Esta noche se celebra la primera semifinal de Eurovisión 2017 y, al igual que en los últimos tres años, este año vuelvo a valorar las distintas candidaturas. 


Sin más dilación, comenzamos con el país que abre la edición: Suecia. Sin superar la calidad de Statements de Loreen, a mi juicio, muy superior a Euphoria, Robin Bengtsson llevaba con I Can't Go On al Melodifestivalen la candidatura más competitiva porque, pese a la falta de expresividad con el espectador, no puede resultar más pegadizo el tema y más redonda la puesta en escena en la que los bailarines de Madonna ejecutan una coreografía sobre cintas de correr con unos pasos elegantes muy a lo homenajeando Vogue de Madonna. La influencia de este tema de Madonna está presente no solo en el baile, sino, también, en los propios arreglos de la canción. Asimismo, se percibe la influencia en "I Can't Go On" de Justin Timberlake. A mi juicio, falta expresividad y sobra bastante artificio, algo habitual en las propuestas de Suecia, tan milimetradas que derrochan frialdad, aunque no, por ello, carece de solvencia. Seguro que pasa a la final y sin problema. El sábado estará, imagino, entre los diez primeros.

Continuamos con Tamara Gachechiladze, representante de Georgia con Keep The Faith. Poco hay que decir de ella, una balada típica, con esas características que algunos se empeñan en considerar aburridas, cuando no son otras que la típica canción lenta, pretendidamente solemne y que caduca nada más se celebra el festival. No me gusta, no creo que pase. 

Algo más digerible es el tema de Isaiah, Don't Come Easy, que recuerda, y no poco, a Adele. La candidatura de Australia mantiene el rumbo artístico que emprendió el país el año pasado con Dami In con mejoras, como la voz carismática y el aplomo del intérprete y una puesta en escena (principalmente, por el uso de las pantallas) que explota el potencial del tema, pero, también, con retrocesos, como el propio tema en sí.

World, el tema que presenta Albania de la mano de Lindita, posee los mismos defectos de la de Georgia. No sobresale, pasa desapercibida y eso en Eurovisión es lo peor que puede pasar. 

Bueno, quizá lo peor es que los nervios devoren a un artista y destrocen una candidatura con posibilidades de victoria. Eso es lo que ocurre con Bélgica, Blanche y su canción, City Lights, en la línea de Loïc Nottet (el estilo de la canción, no lo concerniente a los nervios). ¡Qué lástima que una timbre tan característico y una canción de lo mejor de este año deba lidiar con los nervios de la intérprete! Ahora bien, no comparto las duras críticas hacia esta: al fin y al cabo, tiene diecisiete años.

Slavko Kalezic apuesta por representar a Montenegro con la candidatura más friki de esta edición. Difuminando las imágenes patriarcales del hombre y la mujer, se coge la trenza, comienza a darle vueltas... Una locura, sí, pero una locura divertida y refrescante. Y, la canción, una inyección de pop ochentero, satisface la vena frívola del festival y de manera disfrutable, sin las estridencias de Moldavia, que repiten representantes, los Sunstroke Project y su Hey Mamma.

Cuidado con Finlandia. Norma John representa a su país con una composición mágica, una de esas que, de vez en cuando nos regala el festival. Se trata de una balada intimista, envolvente y en la línea de la canción ganadora de Eurovisión en 1995 y de la canción con que Bélgica en 2002 alcanzó la segunda posición. Esta candidatura, con su Blackbird, no creo que alcance el palmáres; ahora bien, no descarto un top 5.

A continuación, Azerbaiyán. Si hay un país en Eurovisión que me despierte recelos, ese es Azerbaiyán. Sin embargo, tras abandonar esa costumbre de buscar en Suecia canciones desfasadas, caducadas y sin alma, la delegación azerí acierta con Skeletons y Dihaj, un tema que busca el voto hípster con una puesta en escena, a mi juicio, muy simbólica, recargada pero original, como la de Loreen y su Statements. Es una de las pocas grandes puestas en escena de este año. ¿Pero hasta qué punto esto es positivo? La densidad conceptual de esta diluye el potencial de la canción. Es más, me hace olvidarme casi, por completo, de la canción. Nadie debería dudar de que el sábado va a dar mucha guerra y, a menos que el italiano y el portugués lo impidan, ganar.

Y, hablando del portugués. Salvador Sobral, si se gana el apoyo más difícil, el del público, se lleva el festival de calle y, por fin, Portugal ganaría Eurovisión. Canción mágica pero poco comercial, aunque, desde que se postula como favorita, a algunos ha comenzado a gustarles más el tema. Al principio, no la tenía muy en cuenta, sonaba a clásico, a canción escuchada; me sonaba a banda sonora de películas francesas, españolas y portuguesas. Quizá, también, americanas. Pero, a diferencia de la candidatura de Austria en 2015, que, pese a gozar de una composición maravillosa, no dejaba de ser un homenaje al sonido de John Lennon. En cambio, los Sobral (y digo Sobral porque quien compuso el tema fue la hermana de Salvador) no recuerdan a ninguna canción, suena a clásico porque tiene madera para llegar a serlo. Además, la candidatura no puede ser más redonda: la puesta en escena se caracteriza por el buen gusto y el intimismo que pedía a gritos la canción, y Salvador Sobral con su mezcla de ironía, de carácter y de vulnerabilidad convierte los minutos de la canción en magia. No descarto un top 3 ni, incluso, que Salvador levante el micrófono de cristal.

Acerca de Grecia, recurre a todos los tópicos casposos de Eurovisión. Diva, ventiladores, bailarines desnudos, canción fiestera con mensaje de autoafirmación y sin alma. El festival está evolucionando hacia la música alternativa y esto es un obstáculo evidente para esto. Espero que con este tema insulso EDM se quede en semifinales como le ocurrió a los griegos en la edición anterior.

Polonia presente una balada, otra más y no es la última, por desgracia. Canción lenta correcta. 

Continúa la primera gala de esta edición con Sunstroke Project, representantes de Moldavia, y, como ya he anticipado, el tema me resulta estridente; divertido pero estridente. Por mucho que sea un revulsivo para soportar algunos temas lentos e intensos, ojalá no pasen a la final.

Después de los moldavos, llega Islandia con Svala, una artista de pop alternativo muy popular en su país. De Paper, su canción, se podría decir que es de las mejores de este año; sin embargo, pasa desapercibida, no levanta pasiones. No tiene la plaza asegurada para el sábado; con todo, imagino que logrará pasar gracias a los jurados.

Con un poco más de gracia y sentimiento, se presenta la balada My Turn, interpretada por Martina Barta, quien, por desgracia, no ha optado por una canción más cercana a su estilo musical, el jazz. Una pena. Chequia tiene el pase a la final muy complicado, pero ¿quién sabe?

Hovig y su Gravity, a mi parecer, representan a Chipre con un quiero y no puedo. La canción no es que digamos original y la puesta en escena... Youtube - Eurovisión 2015 Bélgica... Y, ya sabrás qué opino sobre la puesta en escena. Imagino que pasará; no obstante esto, tiene su lado positivo: el tema es entretenido y rompe la cadena de baladas.

Artsvik, Fly With Me, Armenia. Según dicen, la actuación es brutal, un videoclip en directo. La canción no es que sea maravillosa, pero supone un contraste respecto al resto de canción. Destaca. Por consiguiente, pasará a la final sin problema y peleará por el top 5. La victoria la veo poco probable. 

Eslovenia, por su parte, ha ido mejorando su candidatura. On My Way, de Omar Naber, si bien no es gran cosa, es un tema de corte muy clásico, bastante disfrutable y capaz, eso sí, con mucha suerte y siempre y cuando se lleven un batacazo algunos contrincantes, de entrar a la final.

Por último, Triana Park, representando a Letonia, aporta el toque colorido y alternativo, siguiendo la senda que comenzó Aminata hace dos años. Ganar, complicado; pero la expresividad y la seguridad que demuestra el grupo en el escenario le van a ayudar a ver a los letones este sábado. Ahora bien, veo complicado que este tema de pop-rock alternativo, a lo Coldplay, logre un top 13.



PRIMERA SEMIFINAL – Eurovisión 2016
País
Mi nota
Pronóstico
País
Mi nota
Pronóstico
SUECIA
8

GRECIA
4

GEORGIA
4

POLONIA
5

AUSTRALIA
6,5

MOLDAVIA
4,5

ALBANIA
5

ISLANDIA
8

BÉLGICA
8,5

CHEQUIA
6,5

MONTENEGRO
7

CHIPRE
5,5

FINLANDIA
9

ARMENIA
7,5

AZERBAIYÁN
9,5

ESLOVENIA
5,5

PORTUGAL
10

LETONIA
8,5





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