jueves, 11 de mayo de 2017

EUROVISIÓN 2017 - Segunda semifinal (Análisis)


 

Mañana completaré esta entrada valorando cada candidatura. Hoy, por falta de tiempo, me limito a puntuar cada canción y a mojarme, a decir quiénes creo que van a pasar.


SEGUNDA SEMIFINAL – Eurovisión 2017
País
Mi nota
Pronóstico
País
Mi nota
Pronóstico
SERBIA
6

SAN MARINO
4

AUSTRIA
6

CROACIA
4,5

ARY MACEDONIA
8,5

NORUEGA
5

MALTA
5

SUIZA
5

RUMANÍA
4

BIELORRUSIA
6

PAÍSES BAJOS
5

BULGARIA
7

HUNGRÍA
8

LITUANIA
5

DINAMARCA
6

ESTONIA
7

IRLANDA
5,5

ISRAEL
6,5



Comento después de conocer los resultados de esta semifinal las candidaturas. Lo haré con la mayor brevedad posible. Siendo la edición actual la peor en años: habría que remontarse a la celebrada en Serbia en 2008  para encontrar una peor, extraer conclusiones de manera tajante resultaría un temeridad. Con todo, sí me atrevería a afirmar que, sobre todo, en esta semifinal he percibido un retroceso en el camino que comenzó a emprender Eurovisión gracias a dos participantes de 2015: Loïc Nottet (Bélgica) y Aminata (Letonia).

Sus dos candidaturas de pop electrónico vanguardista repercutieron en la edición del año pasado, la mejor desde el punto musical, por cuanto dieron un golpe en la mesa e impusieron un nuevo paradigma de la esencia de Eurovisión, alejado de las típicas canciones "eurovisivas" que no tienen más vida que la que tiene la propia edición. Se acaban las votaciones y nadie vuelve a interesarse por ellas, porque están hechas por el festival, de un modo artificial. Se entrevé poca alma o ninguna en canciones del mismo corte, clónicas, que, si bien efectistas, suenan a muchas otras canciones. Esto es lo que le ha ocurrido a SERBIA este año y a ISRAEL. De no ser porque suponen un contraste con el encadenamiento de baladas que los espectadores sufrimos este año, las querría fuera.

Y, peor que esta escasa originalidad y la tendencia conservadora con que las delegaciones escogen a sus representantes, tal vez porque tienen muy en cuenta a los eurofans o, más bien, tienen muy presentes las consecuencias, el ruido y las polémicas que pueden generar. He aquí, por cierto, el principal problema de España en Eurovisión: TVE parece compartir con los eurofans ese supuesto concepto de canción eurovisiva, muy alejado, por lo general, de la realidad musical y del gusto real del resto de la sociedad, y eso hace que apuesten por un perfil de artista muy similar. Este año han salido de esa tendencia y, a decir verdad, el resultado no va a ser mucho mejor con Manel (si bien no me extrañaría que consiguiera una puntuación un poco mejor que la de Edurne y Barei). Y, aunque la canción es la que es y con ella solo se puede aspirar a un trabajo correcto, al menos no incurre en canciones anacrónicas, en la balada cuyo único fin es exhibir una voz descomunal (MALTA -aunque después de diez intentos por participar, la artista defendió muy bien la canción y da lástima que no pasara al sábado-), CROACIA y PAÍSES BAJOS, candidatura que carece de alma, parece más un ejercicio de una clase de canto de nivel avanzado en armonías.

De SAN MARINO, cuya representante vuelve a ser, después de tres veces, Valentina Monetta, no se puede decir nada especialmente positivo: suena anticuada, hortera y casi una broma. Por lo menos, a diferencia de RUMANÍA, quien ofrece una canción estridente, facilona, más invasora que pegadiza... Algunos dicen que con ella tele rumana persigue "vengarse" de la descalificación que sufrieron a última hora por parte de la EUR. 

Por suerte, el resto de canciones ofrece algo más actual o, cuando menos, atemporal. SUIZA, que no llegó a pasar, tal vez, por el barroquismo de su puesta en escena y el mal gusto que desprendía, traía una canción no novedosa, pero sí agradable, al igual que ESTONIA, que, por desgracia, tampoco pasó, pese a lo pegadizo de sus sonidos Modern Talking. Sobre AUSTRIA, tampoco puedo decir gran cosa, aparte de la simpatía y el buen rollo que transmite Nathan Trent, lo único que hace que merezca la pena su pase a la final, porque, si bien el tema está magníficamente producido, no aporta nada: es cierto que agota ni se hace repetitiva, pero suena a la típica canción que sonaría de fondo en una cafetería. De DINAMARCA lo mismo: Anja apuesta por un tema que siempre gusta y más cuando el tema lo interpreta alguien con su presencia escénica. Tampoco la canción de IRLANDA gozaba de frescura, pero, por lo menos, la puesta en escena y el propio intérprete lograban con solvencia hacer decente una balada de manual.

Entre los más innovadores encontramos a HUNGRÍA, una fusión de hip hop, electrónica y folk. La mejor canción de la noche, después de ARY MACEDONIA. Los macedonios no tendrán representación en la final de hoy y es una pena: la canción, en la línea del indie electrónico, era un pelotazo. No obstante, no se puede culpar por completo al jurado y al televoto: quien cantaba Dance Alone, en verdad, era el coro, porque la cantante titular, bien poco. LITUANIA corrió la misma mala suerte, aunque, aquí, lo que les falló era la canción. Se dejaba escuchar, pero era un experimento torpe, muy inferior a la calidad de su discografía del dúo lituano que representaba este año a su país. BIELORRUSIA, por su parte, apuesta por innovar, aunque relativamente, solo si tenemos en cuenta el contexto histórico de su participación: por primera vez, apuesta por el folk y por cantar en su propio idioma.

Por último, quisiera comentar dos países que, a mi parecer, están fuera de las canciones catalogadas como anacrónicas y atemporales. Podrían ser consideradas las actuales, las que, a mi parecer, nos suenan muy bien hoy, pero dentro de unos años sonarán caducas. Hablo de BULGARIA, que se postula como una de las grandes favoritas a llevarse el triunfo (aunque imagino que se lo llevará Italia o Portugal). Kristian Kostov, el joven cantante búlgaro interpreta con un aplomo y una madurez quizá "impropias de su edad", diecisiete años, una balada en la línea de Adele. NORUEGA, por mucho que no me convenza, al menos quiebra la monotonía de las baladas y su sonido no dista del que suena en la radiofórmula europea.

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