lunes, 2 de febrero de 2015

"R.E.D" de Matt Pokora: ¿son sus ritmos extremadamente peligrosos? (Opinión)


Tengo el placer de presentaros a Matt Pokora, un cantante francés de ascendencia polaca. Se dio a conocer en 2003 en el talent musical Popstars formando parte del grupo de R&B Linkup, que abandonó un año más tarde. En solitario ha lanzado seis discos: M. Pokora, Player, MP3, Mise à jour, À la poursuite de bonheur y R.E.D. Los tres primeros álbumes mantienen ese estilo R&B con que se abrió camino en la música, de hecho, MP3 lo produjo Timbaland, mientras que los tres últimos poseen una naturaleza más pop, más comercial, aunque el artista no olvide sus orígenes. Muchos lo consideran el Justin Timberlake francés y, aunque no andan desencaminados, lo cierto es que desde Mise à jour (2010) poco se parecen. Despierta muchas simpatías entre el público juvenil y, en especial, entre las chicas. Con todo, tiene el talento suficiente, como ha demostrado tras protagonizar el aclamado musical Robin des bois, tiene la juventud, la empatía suficiente para mostrarse cercano, la simpatía, y es de buen parecer. Bueno, ¿y por qué no decirlo?, detrás de él, hay mucho marketing que ya quisieran muchos.

Este 2 de febrero de 2015 publica R.E.D (Rythmes Extrêmement Dangereux) y lo cierto es que me defrauda un poco después de sus dos álbumes anteriores. Eso sí, Matt Pokora no hace un disco igual a otro, hay cierta variedad, pero sin perder la coherencia. El disco tiene muchos rythmes, pero tiene poco de extrêmement y de dangereux. Su principal baza está en los beats, en la contención, es no ser demasiado previsible y en seguir emocionando, pero poco tiene de "extremadamente peligroso", más bien, tiene mucho de actual y sigue las modas del dubstep y los medios tiempos. 

¿Queréis que empiece a comentar las canciones buenas o las malas? 

Empezaré por las malas. Si no os gusta ese término, sustituidlo por "prescindibles", "algo insulsas" y "aburridas". En los discos anteriores de Matt las baladas tenían miga, no me apetecía saltarlas para nada. Chacun era una delicia, por ejemplo. Pero, por desgracia, Ma jolie - Jolie, Je te mentirai y Entre parenthèses se alejan del buen sabor que dejaban Ma poupée, Si tu pars o Comme un soldat. Entre parenthèses, pese a todo, sobresale por los arriesgados agudos de Matt. Coeur voyageur es la que sale mejor parada, pero es tan de acompañamiento musical de misiones y de beneficencia por África que me aburre.

No más recomendables resultan Wohoo y Go Mama. La primera es un tema de relleno donde el francés se sube al carro del dubstep; la segunda, es la que más concuerda a lo que prometía el título del disco, pero, a decir verdad, no es el corte más inspirado. En plan tranquilo, molesta. Al menos es bailable, muy bailable.


Y continúo esta humilde opinión con los temas claves de este trabajo discográfico. Le monde es el segundo single y tiene la suficiente garra como para convertirse en un pasaje bastante agradable, a pesar de las estrofas, que tienen una letra irrisoria y unas rimas facilonas en cierta medida. Su progresión se hace muy evidente, es de esas que te las ver venir, en su intento por emocionar: piano en las estrofas y un final desgarrador con un Pokora casi a gritos. Y llega la enorme Mieux que nous, el pelotazo del disco, lo que esperaba después del gran À la poursuite du bonheur, quizá es el que bebe más de su herencia. Comienza como si fuera una marcha musical, con una percusión marcada marcada. El rap del último minuto lo resumo en una palabra: bestial. Matt emociona, sobre todo, porque el estribillo no arranca hasta la segunda estrofa, y eso que hace un amago en la primera. Contiene, por tanto, la emoción hasta explotar. Eso sí, con buen gusto y con un sonido orgánico. ¿A qué esperan para sacarla como tercer single? Se nota la influencia de Stromae y su éxito en el sonido, como también la hallo en J'le fais quand même, muy rítmica, alocada y sin pretensiones. Su snippets sobresalía por encima de los otros, pero el tema íntegro pierde. Es un ejemplo de idea buena, pero no demasiado pulida. Una lástima, de veras. Por cierto, arañan algunos puntos los coros sesenteros.

No podemos olvidar tampoco algunos ecos de la música de moda. La sombra de Maroon 5 aparece en Avant nous, un homenaje a los grandes héroes de la literatura, la ciencia y demás, muy pegadizo sí, con un beat muy marcado, también, pero no más. Aparece, también, en Ensemble, que comienza con ritmos reggae, al estilo de Maps, y que se convierte en una de las piezas claves del R.E.D. Bebe, también, de su quinto álbum y en la segunda mitad rompe con un rap tremendo. Se nota que el cantante ha querido recuperar más esa vena rap y R&B de los inicios. Del mismo modo, nos encontramos con la sombra de Daft Punk en Ensemble, pero también la ochentera Voir la nuit s'emballer, un medio tiempo sin fecha de caducidad. A primera escucha pasa desapercibida, pero luego gana enteros. Enteros. 

Estas cinco últimas canciones son las que están más en la onda de On dance, el primer single. Son evidentes las reminiscencias a Michael Jackson (Thriller, Wanna Be Startin' Somethin' -por las risas al final- y Who is it) y a Bruno Mars. El comienzo épico acorde al pop, el prestribillo corto, aunque algo precipitado, el estribillo, muy movido y con un ritmo muy marcado, y la emoción que sustenta el puente hasta estallar en el estribillo la convierten en una auténtica fiesta. La letra es muy sencilla, pero el mensaje es fantástico, pero nada presuntoso.

Finalmente, lo puntuaría con un 7 y destacaría la producción impecable del disco, la elegancia, la contención y la honestidad del disco. Al fin y al cabo es un buen disco.

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