miércoles, 31 de diciembre de 2014


Un año más al que decir adiós con el gozo engalanado de los grandes acontecimientos y con la angustia, sin embargo, por aproximarnos un poco más a la última cena, la última de verdad, la muerte. Setenta y siete Nocheviejas en la espalda de Manuela y una por delante, con tantas posibilidades como las que ofrece un papel en blanco, pero, tal vez, acabe con el final más previsible.

Nueve son los comensales para los que cocina –el gato se excluye del cómputo–. Marisco fresco, gambas de Huelva, grandes reservas, varias bandejas de dulces navideños y otros alimentos. Adecentada la casa, prepara la mesa: los bordados dorados de la cristalería, los cubiertos de plata y la vajilla cara desfilan por el mantel beige con troquelados y a juego con las servilletas.

Hace tiempo que Manuela no recibe en casa a toda su tropa, así que interrumpir las labores culinarias para recibirla no es un suplicio sino un ritual para disfrutar de una de sus últimas Nocheviejas o, quién sabe, de la última. Besos, abrazos descomunales y lágrimas disimuladas.

Ella preside la mesa. A su derecha, están la hermana, sus dos hijos varones y una nuera; a la izquierda, el marido, la nieta, la hija y su novio. Los invita a degustar la cena que ha preparado durante días, quizá semanas, quizá meses.

«Nerea, déjate el móvil y come gambas. Ojalá me dedicaras algo del tiempo que le dedicas a ese tal Abraham que canta, que solo vienes una vez al año a verme y porque te doy el aguinaldo», se dirige a su nieta.

«Hijo, no me mires así. Nunca me visitas y, claro, para tu hija su abuela es una desconocida. Deberías traérmela para que yo la eduque, mírala: no se despega del teléfono, grita y te chantajea. ¡Ay! Si fuera mi hija, la encarrilaba. Pero tú diciendo que la vida ha cambiado. Tonterías», le reprocha a su hijo Juan.

«Celia, querida nuera, ¿quieres más merluza? Coge la que quieras: total, es lo que llevas haciendo con mi Juan desde que te casaste. No te levantes, que ya te sirvo yo. Sé que eres de esas que van de liberales, de modernas, cuando son unas gandulas. Y, luego, dices que te tengo celos. ¿De qué? Al menos a mí no se me ha muerto un hijo. Si tú fueras otra, yo seguiría teniendo dos nietos», le dice.

«Han salido buenas las almejas, ¿verdad? En la olla quedan más. ¿O, hijo, ahora tampoco te gustan? De ti me espero cualquier cosa desde que me confesaste, cuarenta años después de parirte, que eres marica. Y porque me enteré por las vecinas, como un cotilleo, Javier, que si no, sigo en mi ignorancia. Yo te quiero y te acepto; lo que me duele es que no confíes en mí. ¡Que soy tu madre, joder! A veces pienso que te hiciste gay para vengarte de los bofetones que di de crío».


La felicidad recorre el cuerpo de Manuela al ver cómo los invitados devoran la comida y la conversación no flaquea.

«¡Qué poco comes, Inés! Claro es lo que tienen las actrices, el artisteo: solo comen canapés y lo sano se las refanfinfla. Muchos proyectos, muchos viajes, pero, cabecita loca, a la hora de verdad sin trabajo fijo y con un novio negro y diecisiete años más joven. ¿Y dónde tienes el reloj biológico? ¡Con cuarenta y cuatro años y sin hijos!», le espeta a su hija.

«Mamadou, menos mal que tú no eres como mi hija, que bien me comes, niño. Por cierto, te he comprado un bañador turbo. Ven a mi cuarto y te lo pruebas, que con ese pedazo de muslos negros que tienes me rompes las costuras».

«¿No pruebas los polvorones, Teresa? Tú, la favorita de nuestros padres, la guapa, la joven, la simpática y, ahora, si no fuera porque te quiero, estarías sola y muerta del asco. Te lo mereces por no guardar la herencia de tus padres y por no casarte. Olé tú, que a cada pretendiente te decías: “Yo aspiro a algo más”, y en realidad quien no valía nada eras tú y lo sabes».

«Ceferino, está en el aparador. Que me has tenido anulada como mujer, ¿quién soy, tu esposa o tu criada? Toda la vida cuidando de tus hijos y de la casa, mientras tú te ibas al bar después de currar, y yo qué, marido cojín. Tanto pensar en los demás que me he olvidado de mí, de vivir y aquí sigo. Lo dicho: si quieres anís, te levantas».

Las doce menos cuarto. Manuela reparte las uvas e impide que los invitados recojan los platos: lo que importa es dar la bienvenida al año, al que le pide que ahuyente la soledad como lo ha hecho esta Nochevieja.

El carillón, los cuartos… ¡Comienzan las campanadas! Don… Don… Don… Don… Don… Don… Don… Don… Don… Don… Don…

La duodécima uva cayó al suelo. El “¡Feliz 2015!” nunca existió en aquella casa.

Ahora viajemos a la futura Nochevieja de 2054. La misma casa, el mismo día y, de nuevo, el mismo salón. Los platos, repletos de comida –y de gusanos y bichos–, el mantel beige, los cubiertos, la olla con las almejas y todo lo demás siguen en el mismo sitio cuarenta años después. Manuela está tirada en el suelo, pero su carne no existe, pues los gusanos necrófagos la devoraron: solo hay huesos, telarañas y moscas en ese ambiente de pestilencia, de abandono y de olvido. Hay otro cadáver más: el del gato, en cuya boca está uno de los ojos de la anciana. En una estantería, una urna funeraria con una placa: “Ceferino García 1925-2009”.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Tomó aguja e hilo rojo, y pespuntó un mensaje en las bragas de la vecina. «¿Cenamos en mi casa, Sandra?», le escribió a golpe de puntadas. Impulsado por la emoción del momento, se aventuró a prescindir del dedal, para desgracia de sus dedos, que sufrieron más de treinta punzadas. Una por cada año de indecisión, una por cada año de vida. Gracias a su abuela había aprendido los entresijos de la costura, además de remendar los retales de su vida cuando la muerte apresurada de sus padres devastó su infancia. Recién licenciado en Derecho, ella murió y, desde entonces, saborea la hiel de la soledad. A sus 23 años sobrellevaba el dolor entregándose a los pleitos, mas ahora, entrado en la treintena, busca una pareja estable con la que descubrir otra versión de él mismo, la del enamorado.

Hubo mujeres dispuestas a compartir con él más que ternezas y carantoñas, pero Miguel siempre las declinaba. Con cada rechazo daba una mano de brea más a su corazón. Así no sufre, pero tampoco vive: solo respira. Y aun dejando pasar las oportunidades y pespuntando una existencia sin sobresaltos ha acabado colgado de la vecina. Se saludan en el descansillo y comparten el tendedero hasta sentir celos de su propia ropa por estar más cerca de la de ella de lo que él nunca ha podido. En verdad, entre ellos hay más distancia que los cinco metros que separan su 3ºA del 3ºC de ella. Letras, siempre frente a frente, pero siempre sin tocarse. Terminó el mensaje, colgó de nuevo las bragas en el tendedero.

Esperó impaciente. «¿Pensará que soy un pervertido o un tipo majo? ¡Madre de Dios! He hecho el ridículo de mi vida, y, ahora, ¿con qué cara salgo de casa?», pensaba. Con todo, embastó las distintas escenas de la cita, pero todas se deshilachaban. Su método resultaba demasiado cerebral como para bordar una relación. Por ello, probó planificar la escaleta de la cita con las emociones. Miró el tendedero: seguían sus cinco calzoncillos, un par de calcetines, y tres bragas de ella. «¿Qué hablabas con esa camarera?», «Mi niño guapo, espérame en el coche, que bajo en cinco minutos» o «Quieres más a tu madre que a mí, ¿verdad? Dime la verdad, si no me voy a enfadar, cari», la escuchaba decir muchas veces. Sin embargo, la semana pasada descubrió que ella volvía a estar soltera cuando tras un «tenemos que hablar» le espetó un «lo nuestro no va a ninguna parte: cortamos». Esta era su oportunidad de vivir por fin unas Navidades en compañía de una mujer y de sentir el amor.

Se dirigió al tendedero. Un calzoncillo suyo, por sorpresa, contenía un mensaje bordado. «Mejor al centro comercial 20:30», leyó en sus calzones. Se acicaló como nunca a la par que su organismo festejaba la posibilidad de darse el lote con ella. No lo reprimió: tal pasión es igual de natural como que las uñas crezcan.

Resumen de la cita: dos besos a modo de saludo en el rellano, un trayecto marcado a ratos por los silencios incómodos y a ratos por la charla atropellada, visitas a todas las tiendas, a pesar de la premisa «solo voy a mirar, no compraré nada» y un par de cubatas bien cargados en una tasca. Sandra le propuso tomarse el último en su piso; Miguel no le quedó otra que aceptar. Antes de abrir la puerta, le advirtió: «Mi ex vive conmigo. Ignóralo: no lleva bien la ruptura». A este se quedó estupefacto al sentir que incluso dentro de la boca del lobo se sentiría más cómodo.

—¡Anda, si Marcos, mi ex, está en el baño! Ven, que te lo presento.
—Sinceramente puedo esperar. No me lo quiero imaginar ahí… ¡En el váter!

No lo vio. De hecho, nunca lo había visto.

—¿Dónde está, Sandra? –preguntó incluso preocupado.

Ella señaló con el índice un oso enorme de peluche sobre el cesto de la ropa sucia.

—¡¿Tu novio era un muñeco?! ¿Un trozo de algodón?
—No, es muy parado, le falta sangre, pero ¿cómo va a ser un muñeco?
—No sé, Sandra, pero tu perro le está mordiendo la cabeza y él ni se inmuta.
—Ni me va ni me viene. Los hombres son así: prefieren morir antes que demostrar debilidad. Por cierto, ¿tienes móvil? Déjamelo.
—¿No tienes?
—El psiquiatra me lo prohíbe desde que intenté estallar con él una bomba en una gasolinera. Bueno, ¿salimos juntos?
—Sí, venga… Todo sea por una Navidad en compañía, como la de los anuncios.

Otro cuento: EN LA CUERDA FLOJA 

miércoles, 24 de diciembre de 2014


Agarra la cuerda con fuerza y con las manos frías, terriblemente frías, la sujeta con los pies y comienza la escalada. Recuerda, de inmediato, las ya lejanas clases de rope climbing. De aquellos tiempos, solo quedan los abdominales y los tríceps bien cincelados. El resto, su novia, su hija, su cuenta corriente en alza o el calor de la familia, solo habita en la memoria. Sigue subiendo con ímpetu, pese a la distancia que le separa aún del balcón. En el callejón no hay nadie y la noche le permite cuajar el hurto sin delatores. El abrigo rojo, la barba blanca y las botas negras lo convierten en un Papá Noel diferente, en un azote al consumismo, en un marxista por necesidad. Desde que la vida le dio aquel manotazo y lo despojó de todo y de todos, como si fuera una piñata golpeada por Augusto Gloop, vive de la caridad. Una caridad en tiempos de vacas flacas que no conoció más luz que la que le irradió un décimo de lotería. Una semana pidiendo limosna necesitó para comprarlo. Sin embargo, los niños de San Ildefonso cantaron otros números. Otros, tantos… Pero no ese. Le duele pensar en todo lo que contenía ese décimo, sobre su indudable valor, y en la facilidad para vaciarse, para ser solo un trozo de papel. Le duele más aún recordar que en Marta, su mujer, también vivió el mismo proceso de vaciado.

Comienza a sentir el cansancio; los dedos ya visten códigos de barras rojos, fruto de la fricción con la cuerda. Aun así, continúa con la escalada. Esta Nochebuena se parece tanto a las tres últimas que se presenta menos interesante que el poseer veinte cromos iguales. La misma soledad, la misma pobreza, idéntico dolor. Sus bolsillos vacíos le privan de señoras de compañía; su acritud, de estar en compañía de señoras. Sigue subiendo la cuerda, la agarra con más nervio, no tanto por la fuerza de sus bíceps, sino por estar a seis centímetros de la reja del balcón. Por fin, la agarra como antes ha hecho con la cuerda. Ignora al Papá Noel de tela que trepa por una miniescalera de guita.


De pronto, un niño atraviesa la calle con sus padres observa la escena.
—Papá, mamá, ¡Santa Claus está ahí, ahí, en el balcón! ¡Ya está repartiendo los regalos! –exclama fascinado.
—Marcos, hijo, es solo un muñeco de tela.
—Pues lo mismo que tú para mamá.
—Marcos, Marcos –le propina su madre un pescozón–, ¿quieres que volvamos a casa y te dejemos allí y papá y yo nos vamos a casa de la abuelita? Pues, cremallera.
—Papi, de verdad, que acabo de ver a Papá Noel…
—¡Marcos, que es un muñeco! ¡Si en casa también tenemos uno! Laura –se dirige ahora a su esposa–, ¿para qué fumaste porros en el embarazo? Ya te lo dije, que el crío nos salía tonto, como tu padre.

El Papá Noel ladronzuelo y desdichado se camufló detrás del árbol de Navidad. Un minuto después, pone la oreja pegada en la persiana cerrada. Los dueños de la casa deben de estar fuera. Rompe la persiana. Entra. Nadie en el salón. Tantea por el pasillo a oscuras. De golpe abre la puerta de la cocina. Acaban de descubrirlo en su villanía una mujer y una niña en su trona.
—Santiago…
—Marta…
—Quédate con nosotros: la Navidad nos regala otra oportunidad.
FIN



>>> Feliz Navidad<<<

sábado, 20 de diciembre de 2014

Madonna está de vuelta. Después de que se filtraran 13 demos, la Reina de la reinvención ha reaccionado adelantando seis canciones de las 19 que integrarán su decimotercer álbum de estudio. En Rebel Heart, que así se titula, han participado numerosos productores: Avicii, Diplo, etc., así como compositores como Alicia Keys, SOPHIE, Ryan Tedder o la propia Madonna. El álbum se lanzará a principios de marzo, pero antes escucharemos las trece canciones restantes. 

Para celebrar el regreso de la responsable de discazos como Like A Virgin, True Blue, Erotica, Ray Of Light o Confessions On A Dance Floor, os propongo mis primeras impresiones sobre los nuevos temas.

Antes de nada, antes de darle al play, es mejor no esperar ninguna "reinvención", pues no la hay. Hay grandes temas, algunos atemporales y otros muy apegados a las tendencias musicales. La Ciccone no va allá, no arriesga como antaño. Esto es lo único reprochable, pues con el arsenal de éxitos con que cuenta no tiene por qué demostrar nada a nadie. Por lo demás, ofrece un álbum fresco, trabajado y bien hilvanado: no es fácil darle unidad a un trabajo en el que han intervenido más de una veintena de artistas. 

Living For Love es el primer single y desprende el mismo aura de Vogue. Tal vez las semejanzas juegan en contra: no impacta como en su momento hizo Frozen o Hung up. No obstante, musicalmente es una delicia, y más aún con el coro gospel. Si hay algo que agradecer, es la contención: sobresalen la delicadeza y el buen gusto. 

No puedo decir lo mismo de Illuminati, una pieza que recuerda a Scheiße o a Swine de Lady Gaga, es un tema impersonal, sin gracia, al menos para el público europeo. Tal vez con unos arreglos rockeros el resultado habría sido más acertado. Tampoco Bitch I'm Madonna funciona, a pesar de colaborar Nicki Minaj. ¿Soy el único que piensa que se parece a Work B**ch de Britney Spears? Y por mucho que me cueste reconocerlo, porque nunca me ha gustado Britney, Madonna sale perdiendo en esta canción.

Más personal se muestra en Ghosttown. De hecho, la composición es cien por cien suya. En cuanto al sonido, pudo haberse incluido en Ray Of Light sin chirriar. La producción es exquisita: sin barroquismo y mesurada. Es de esas canciones que envejecen bien.

Entre las grandes están, junto a Living For Love, un tema donde aborda el problema de las drogas con un ritmo muy de Avicci, Devil Pray, cargado además de misticismo como Isaac, y mi favorita, la marcada por el reggae, la que menos ha cambiado de su versión demo: Unapologetic Bitch. Hacía mucho que no nos regalaba una canción tan pegadiza como Into The Groove. Para mí hubiera sido el single idóneo, porque sorprende y posee una frescura tremenda. ¿Cómo pueden decir algunos que es una canción anecdótica? 

En cuanto al resto de demos filtradas, me son indiferentes Joan of Arc, Borrowed Time o Heartbreak City. No son más que la versión mala de otras que sí están incluidas en el disco. Messiah tampoco es una obra de arte, pero no puedo negar que la orquesta de cuerda que acompaña la canción me fascina, tal vez, por recuperar los sonidos acústicos de sus inicios. Addicted y Revolution alimentarían el tracklist de sonidos cien por cien suecos, gracias a la mano de Avicii, quien comienza a pecar de repetitivo en ciertas partes. Aunque deseo escuchar sus versiones definitivas en el EP, no me producen lo que logran Rebel Heart y Wash All Over Me, también del joven Dj sueco. Esta última recupera lo mejor de Confessions, pero sin perder un ápice de buen gusto y con un sonido moderno. Es la segunda que más me gusta, ya que la primera es Rebel Heart por ese estribillo tan rotundo, por esa música tan Like a Prayer tras el estribillo y por la personalidad del tema, que combina bien el sello Avicii con la impronta de Madonna.

Gracias por leer y mucho más después de estar tantas semanas alejado del blog.
PD: Perdonad por el cambio de diseño. El anterior ha dejado de funcionar bien. Este es provisional.

martes, 14 de octubre de 2014

Ayer lunes regresó La que se avecina a Telecinco. Con esta nueva temporada ya van ocho y lo cierto es que, a pesar de su trayectoria irregular, ha vuelto con frescura y arrasando en audiencias. Según FormulaTV, consiguió 25,6% y casi cuatro millones y medio de espectadores. 

La serie se estrenó en 2007 con éxito, sobre todo, gracias a las expectativas puestas en los sus creadores, responsables también de Aquí no hay quien viva, pero justamente su primera comedia, emitida en Antena 3, ensombreció el proyecto hasta tal punto que en la segunda temporada, pese a tener los guiones más trabajados de la serie hasta hoy, las voces de una posible cancelación cada vez sonaban con más fuerza. No fue hasta la tercera temporada cuando La que se avecina adquirió su seña de identidad, basada principalmente en lo absurdo y esperpéntico. Fundamentales fueron las incorporaciones de Cristina Castaño y Antonia San Juan, grandes actrices que interpretaron a la psicóloga Judith y a la exvedette, borracha y libertina Estela Reynolds, y, por supuesto, los cambios en los personajes. Amador, por ejemplo, pasó de ser un pijo aburguesado, responsable y con cierta formación a un gañan, inculto e infantil. 

Para mí las tres primeras temporadas son las más "puras"; en cambio, las siguientes están muy influenciadas en lo que triunfó y suelen repetir los mismos esquemas ahora desgastados. Aunque la cuarta me gustó, me desagradó que la comedia perdiera coralidad, a favor del protagonismo absoluto de Antonio Recio, un Amador Rivas cargante y pesado y una Estela Reynolds algo gritona. En cuanto a la quinta, en la que se incorporó Amparo Valle como madre de Amador (¡gran acierto!) y María Casal, como novia de Araceli (con indiferencia en esta caso), regresó la coralidad, la cual culminó en la séptima temporada, la mejor hasta la fecha, junto con la tercera. ¿Y la sexta? Pues la sexta tanda destacó por las grandes intenciones, la llegada de Fermín Trujillo, el padre de Lola, y la vuelta de Estela en el último capítulo, sin embargo, me deja un sabor amargo. Demasiadas pretensiones y escasos aciertos.


Respecto al capítulo de ayer y primero de la temporada, Un hombre salvaje, una vieja maldita y un fantasma chupando un caramelo, dejó muy buen sabor de boca, si bien algunos defectos persisten y se convierten en un lastre que, con algunas dosis de riesgo y de originalidad, se solventarían.

El primer tercio del capítulo fue lento, falto de ritmo y con regusto a ya visto. Ante este problema no contribuye nada la repetición constante de las coletillas y las frases célebres de los personajes y el carácter plano de los personajes. Es decir, ¿cómo es posible que siga igual el matrimonio de los Recio? Enrique Pastor sigue siendo el mismo calzonazos sumiso, antes al alcalde, ahora a la alcaldesa; Judith sigue buscando a la desesperada un novio, en esta ocasión, Javi; este, por cierto, sigue igual de huevón... En efecto, sus perfiles siguen intactos, excepto Coque que parece que se va a rebelar contra los abusos de los vecinos. Querría destacar el trabajo de la talentosa y mítica Verónica Forqué con su nuevo papel de alcaldesa, una parodia feroz de Ana Botella con su relaxing paella y su paella popular. Plausible es también el momento en que no sabía cómo salir de su propio ayuntamiento.

De las tramas, eché en falta una trama coral. En lugar de esto, los hermanos Caballero y los demás guionistas nos ofrecieron pequeñas tramas para todos los personajes, salvo para Coque, Vicente, Nines y Raquel (los de siempre). Pero, como de costumbre, encontramos tres tramas principales. 

La primera, la del "hombre salvaje", en la que participaron Amador, Maite, La Chusa y los minicuquis, me pareció decente, aunque no brilló. En ella vimos cómo Amador abandona su condición de "bosquehumano" y vuelve a la civilización (magistral el plano subjetivo cuando todos lo miran con cara de asco y pánico), cómo tropieza con La Chusa, toxicómana y prostituta, en sus primeros horas como mendigo y cómo encuentra a sus hijos. Tuvo grandes momentos: Paz Padilla, encarnado a la toxicómana, mea detrás del coche de Rebeca y, luego, esta junto con la familia Rivas la dejan tirada en la calle, al irse sin ella, o cuando esta y Amador entran a la casa de la familia de acogida de sus hijos. Por cierto, Paz ya no es un cameo, sino que aparecerá en buena parte de la temporada, algo que todavía no sé si agradecer o maldecir.

La segunda, la de la "vieja maldita", me pareció estupenda y más aún con la incorporación de Petra Martínez, una gran actriz que admiro y que derrocha talento y comicidad en cada escena. Su personaje, Fina Palomares, es absolutamente extremo: una vieja cotilla, malvada, capaz de todo –incluso de autolesionarse–, mandona, gruñona, convencida de que todos conspiran contra ella... Está claro que está relacionada con el moroso, de hecho, vive en el 2ºC. Ojalá que el personaje cuaje y tengamos a Petra por mucho tiempo. Con todo, reconozco que a algunos no les agradará su papel, ya que más que gracia provoca miedo, por lo que intuye algunos espectadores, esa mezcla tan extraña como explosiva, no sabrán apreciar su rol. Su trama en el 8x01 se basa en el conflicto con Antonio Recio, quien va a su portal a quejarse porque ella mueve los muebles y pasa el aspirador por la noche, y con Berta Escobar, quien recibe de ella insultos, amenazas y desprecio, cuando la hipócrita cristiana no deseaba otra cosa que ser cordial con ella. Por cierto, gran momento cuando a Berta se le cae por las escaleras el bizcocho que le había preparado a la vieja.

Por último, tenemos la magistral trama del "fantasma chupando un caramelo". De resultas de un temido embargo y de la imposibilidad de pagar dos hipotecas, Javi decide vender el piso y, pronto, encuentra compradores: una pareja gay entrada en años, un perfil sin duda muy poco habitual en nuestra televisión y que rompe tópicos. Sin embargo, la sorpresa de Javi es mayúscula cuando descubre que Fermín, su suegro, ya se lo ha alquilado a una pareja joven. Así pues, como no puede incumplir el contrato, el padre de Lola intenta echarlos diciéndoles que la casa está encantada. A partir de este momento se suceden momentos desternillantes: la invocación del demonio, el vampiricántropo, con la bombilla del ojo derecho fundida, asomado en la ventana o cayéndose en el comedor tras "comerse" la mesa, el encuentro de Juanjo, interpretado por Juan Díaz, que ya participó en Aquí no hay quien viva, con el fantasma de la casa, o, más bien, con la madre de uno de los gais. O incluso, destacaría las caras de Cristina Castaño o Judith, como queráis, cuando escucha todos los disparates de la casa encantada. Por cierto, temo que las tramas de esta en la octava temporada se resuman en líos amorosos, porque Cristina tiene un talento y una gracia asombrosos como para reducirla a una pesada que se arrastra por un hombre. 

Resumiendo, aunque con siete temporadas a la espalda LQSA necesita tomar más riesgos e innovar, la octava tanda de episodios se ha inaugurado con un capítulo fresco, desternillante y con un guión trabajado. Además, la pareja joven, la pareja gay, la madre de uno de los gais, la nueva alcaldesa, y el habitual buen hacer del resto del reparto han sido grandes alicientes para no perderse el próximo capítulo.

domingo, 28 de septiembre de 2014


Esta comedia francesa, dirigida por Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patellière, autores también de la obra teatral homónima en que se basa el film, se estrenó en 2012 y desde entonces, se considera una muestra más de la consolidación del cine francés como un referente mundial y de la superación de la nouvelle vague. El reparto lo encabezan Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling, Guillaume de Tonquédec y Judith El Zein.

El nombre ofrece unos 109 minutos de talento, de un gran reparto y de cine sin complejos, donde la comedia y los tintes dramáticos se conjugan. En un salón muy "francés", con estanterías rebosantes de libros, una mesa, unos sofás y un sillón, se desarrolla una reunión familiar que, si bien comienza con un buen rollo, con conversaciones banales y bromas, estalla en un huracán de sentimientos enterrados que acaban emergiendo, de secretos bajo y frustraciones ocultas que dejarán de estarlo... Aborda los grandes conflictos de toda familia y de la sociedad, en general, aunque sin abusar de dramatismos ni caer en la afectación.

Respecto a los lugares donde se desarrolla la historia, el salón de Elisabeth y Pierre protagoniza la mayoría de escenas; las restantes suceden en las calles parisinas de los primeros minutos (muy ágiles, con tintes de documental y alternando una serie de imágenes que nos permite empatizar rápidamente con los personajes y su entorno), o en el hospital, donde, a modo de epílogo, asistimos al nacimiento de aquella criatura cuyo nombre se convirtió en el epicentro del conflicto familiar. 


Tal enfrentamiento surge cuando en el salón del matrimonio anfitrión, este, Claude, el amigo de la familia, y Vincent, hermano de Elisabeth, intentan adivinar cómo este último llamará a su hijo. Lo que empieza como un juego al final se convierte en una "guerra" cuando descubren el nombre. Más tarde, Anna, la mujer de Vincent, llega a la cena familiar y la acción se precipita. Es entonces cuando se destapan las grandes pasiones, las rivalidades y los miedos hasta ofrecen una radiografía cruda y precisa de la realidad.

La pedantería, la presunción, la envidia, la diferencia de edad de los amantes, la insatisfacción, la inseguridad, la altanería, el rencor, el dilema entre el éxito personal y la vida familiar, los prejuicios o el egoísmo del ser humano son algunos de los temas que salpican la obra y que la convierten en algo más que un film chicle, de usar y tirar. No, no es el caso. Estamos ante un largometraje de diálogos trabajados y frescos, de actores que bordan sus roles, de personajes bien reconocibles y perfilados... 

Al igual que en Jeux d'enfants o Amélie, el color en El nombre es otro protagonista, pero esquivando los escenarios recargados y luminosos. De hecho, el salón, más sombrío que iluminado, me parece una metáfora del alma de los cinco protagonistas. Esto es, igual que las lámparas de luz tenue bucean en las zonas sombrías de la estancia, las almas de los personajes no son oscuras completamente, sino que en ellas tienen cabida la esperanza, la felicidad y la superación de los trances de la vida con humor. 

viernes, 19 de septiembre de 2014



Anoche la productora Zeppelin TV y Telecinco estrenaron la decimoquinta edición del reality más longevo en el mundo. Tachado de telebasura o de producto para una audiencia de nulas inquietudes intelectuales, triunfó en audiencias y consiguió seguir uno de los temas más comentados en Twitter. Aunque nunca me fue ajeno el programa, no me convertí en un espectador fiel hasta la novena edición y no tengo ningún problema en admitirlo ante nadie, ni mucho menos ante aquellos que consideran inferiores a los seguidores de GH, porque quienes juzgan tan a la ligera y miran por encima del hombro a los demás son los que en verdad sienten complejos, tienen una autoestima baja y necesitan despreciar a la gente para sentirse mejor consigo mismos. Que cada uno ponga etiquetas, que es gratis. 

Saber y ganar, Pasapalabra (en otros tiempos de mayor calidad) o Masterchef son formatos interesantísimos, con instantes orientados al didactismo y al aprendizaje y promotores de la cultura y potenciar nuestra inteligencia. Pero, ¿por qué despreciar la inteligencia social? En GH gana quien se adapta y convive mejor, quien sabe identificar, controlar o reflejar sus sentimientos sin tapujos, fluyendo, y quien posee la suficiente destreza social para prever y "leer" las emociones ajenas. Según algunas declaraciones del equipo de psicólogos de GH, la mayoría de concursantes goza de un coeficiente intelectual superior a la media española. Con todo, nunca faltan las excepciones y hasta diría que en algunas ediciones como la duodécima, por ejemplo, han abundado.

Por desgracia, algunas tácticas del programa y sus años en emisión deslustraron las sorpresas de la gala 1 de ayer. Jugar con concursantes que no saben que lo son antes tenía efecto e impactaba, pero ya, como sucedió con las dos hermanas limpiadoras y el taxista, no sorprende, incluso daba la impresión de que conocían o, cuando menos, intuían su condición. No llamó la atención la distribución de la casa: más transparencias a golpe de cristales y espejos, pero, al fin y al cabo, los mismos decorados de siempre. Tampoco sobresalió la aparición de animales, como Rubia, la cabra de Bruno, y la gallina Falacia con que entró Mercedes Milá. Asimismo, ha perjudicado el recuerdo de otras ediciones donde los vídeos parecían manipular la opinión de la audiencia, donde parecía que se prolongaba o acortaba el tiempo de los votos para que, en caso de resultados muy igualados, se quedara en la casa el concursante que más interesaba a la organización. Tiene sus guionistas y estos ponen y deben poner en aprietos a los concursantes. Gran hermano hay que vivirlo, pero sin tomarlo demasiado en serio. 

Entre los aciertos de la noche, destacan el libdup inicial de los exgrandeshermanos, Milá presentando desde los exteriores de la casa de Guadalix y su posterior entrada en la casa con los concursantes (cenó y durmió con ellos) y los rótulos y el resto de elementos infográficos, cuidados y limpios. Todo ello logró que en cada espectador aflorara la idea de estar viviendo uno de los grandes eventos televisivos, aunque su extensa y grotesca duración (terminó a las dos y media de la noche), redujo el ritmo y el nervio del directo

A pesar de que defraudó, en cuanto al ritmo, lo importante es el cásting. En un principio me lo esperaba más potente, sobre todo, porque pensaba que cuatro perfiles eran imprescindibles: una pareja de independentistas catalanes, otra homosexual, una joven veinteañera y su abuelo (un señor de 80 años, el típico abuelo que pasa el día entre cañas y partidas de dominó) pudo dar mucho juego y hacernos reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestra España y, por último, un matrimonio chino.

Sin embargo, intuyo que los nuevos concursantes van a dar mucho juego, porque se les ve menos resabiados y más naturales. El interés en ellos surgirá de verdad cuando interactúen. Como muestra, el torero Luis y Fran, su apoderado, seguro que tendrán sus más y sus menos con Azahara, una joven y guapa andaluza antitaurina y vegetariana. Los amigos Vitín y Omar seguro que darán juego, aunque en apariencia parezcan algo sosos, gracias en parte a el hermanastro de este último, el evangelista y madridista Alfredo, aunque este no sospecha o, al menos, no lo ha confesado, que comparten el mismo padre. Los primos hermanos surferos, Juan Manuel y Jonathan, muy ceñidos al objetivo de la audiencia carpeteril y mojabragas, serán, probablemente, los que ofrezcan las tramas amorosas con las primeras hermanas de Albacete, Yolanda y Alejandra, la primera más de apariencia choni y la segunda, más pija y refinada. Las hermanas limpiadoras, Mayca y Loli, aportarán quizá el toque chismoso y ese humor andaluz del que no soy muy fan. Shaima, musulmana de El Príncipe (Ceuta) y su alocado taxista, un amante del heavy, la música española y de las relaciones sociales. Los que menos me llaman la atención son José, el narcisista mexicano, Paula, la hawaiana, y el joven gallego Hugo, que concursa con su cabra Rubia.

Ahora solo falta por conocer la mecánica de este año, el papel de Florentino Fernández, que apareció en el plató vacío y si el programa vende humo o si, por el contrario, estamos ante una regeneración del formato sin perder su esencia.

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lunes, 15 de septiembre de 2014

AMAIA MONTERO – Si Dios quiere, yo también (2014)
Para sorpresa de todos, incluso de los seguidores que más confían en su talento, entre los que me incluyo yo, Amaia ha firmado un disco que supera todas nuestras expectativas. Son demasiados años a las espaldas y, normalmente, los grandes álbumes de un artista suelen ser los primeros, en cuanto a frescura y repercusión. Sin embargo, la carismática irunesa ha dado un golpe en la mesa con este disco. Es evidente que se encuentra musicalmente en plena forma hasta el punto de regresar al panorama musical con su mejor disco en solitario y, posiblemente, uno de los más rotundos de su etapa con LOVG. La producción, la composición y el modo de cantar en este disco desprenden honestidad, esfuerzo y genialidad de principio a fin. Ahora quiero expresar mis primeras impresiones, de las cuales algunas compartiréis y otras, no. He intentado ser lo más objetivo posible y hacer la crítica más constructiva posible, porque, quién sabe, a lo mejor Amaia, lee esto y le puede interesar. Lo que está claro es que en cada una de mis palabras hay sinceridad y ninguna intención de resultar adulador. 

De PALABRAS ya escuchamos un fragmento en acústico el 1 de enero. Me sorprendió e intuí un gran cambio en su nuevo disco, a pesar de que la genialidad de Martin Terefé aún no estaba. Y resultó ser el primer single. Es una balada que, comienza prácticamente en acústico, y que a partir del primer estribillo toma fuerza hasta devenir en  un corte pop. Es un gran regreso. Junto con La bahía del silencio, es su canción más redonda y un modelo perfecto de arquitectura pop. Sin embargo, el estribillo me gusta, es correcto, pero no me entusiasma, algo que sí logran el gran lirismo de la letra, el puente, de quitarse el sombrero y la parte final. Se agradece que en una canción de casi cinco minutos haya tantos cambios y tanta riqueza musical que el tiempo no es que corra, sino que vuela. NOTA: 17/20

DARTE MI VIDA, segundo single, en las estrofas eriza la piel y llega al alma. La personalidad de Amaia al cantar se refleja con una nitidez abismal. Sin embargo, el estribillo, al igual que sucedía en el anterior, es contundente, pero tengo la impresión de que otras canciones suyas del mismo tipo le hacen sombra, no por ser superiores, sino porque llegaron antes a nosotros. Problema lógico de artistas con una trayectoria tan extensa: ya no nos conformamos con una mejora de lo anterior, necesitamos innovación. Se podría decir que es una versión mejorada de algunos temas del enorme Amaia Montero (2008). También echo en falta un puente, ya que en la segunda mitad se acumulan tres estribillosNOTA: 16/20

FUISTE ALGO IMPORTANTE. Aquí sí, aquí comienza el disco para mí. Esta es la que más bebe del primer disco en solitario, pero con una producción elegante y una letra impecable. El estribillo me evoca los temas pausados de Dile al sol y la producción muy a lo "Coldplay" cumple con lo prometido por Amaia: un sonido inglés y trabajado. A medida que trascurre la canción, el tema va tomando fuerza y ganando emoción hasta reventar en el puente, donde exprime su garra con un goro góspel y una letra apotéosica.   NOTA: 18/20

A golpe de trompetas, ya nos avisa Amaia de que TODO CORAZÓN es una canción fresca, alegre, optimista, sin caer en la ingenuidad. Mi interpretación es que la protagonista de la historia se rinde al amor, a dejarse llevar y a borrar del disco duro el dolor y los malos recuerdos, a pesar de ser consciente de la realización está a años luz del propósito. Al igual que la mayoría de temas, va in crescendo. Los papaparas finales, con esa dulzura y en cierto modo, con reminiscencias, nos advierten de que el viaje por este temazo está a punto de final. NOTA: 19/20

En CUANDO CANTO expresa la magia que la cantautora siente al cantar. Me resulta un canción con una honestidad máxima, y en la que se entrevé que Amaia no pasaba por su mejor momento. Pero, por suerte, esta quinta pista le sirvió de catarsis. Tal vez el estribillo no sea el más contundente de la irunesa, pero las estrofas, la producción ochentera -muy del estilo de Guille Milkyway (La casa azul)- y los giros vocales de la cantante hacen que la canción no acaricia el alma, sino que la atraviesa. Es nostalgia, es magia, es talento, es Amaia.  NOTA: 18/20

INEVITABLE debe ser el tercer single, porque nos trae a una Amaia fresca, original, sorprendente y arriesgada. Combina diferentes géneros: reggae, pop, country y tintes electrónicos...  Es una canción positiva y posee la inmediatez para atrapar a gran parte de los oyentes de la radiofórmula, pero, a la par, goza de la elegancia suficiente para no rayar lo hortera. ¿A nadie le viene a la mente a las canciones festivas de Train, como Hey, Soul Sister? Al igual que la anterior, evoca los años sesenta y esos guateques tan míticos. NOTA: 20/20

Y llega el temazo del disco: IM-POSSIBLE. Una canción pausada, con una producción cuidada, in crescendo, con la que la Montero da un golpe en la mesa y nos demuestra que vocalmente es una de las cantantes del pop patrio más carismáticas y que, sin grandes artificios, consigue hacernos vibrar. Eso sí: admito que todavía me preguntó qué tiene para que me haya enamorado. Líricamente, es impecable, pero el estribillo no tiene un gancho evidente. Quizá el "ingrediente" sea una mezcolanza de sinceridad, de esfuerzo y magia. Sea como sea, es la cumbre de su carreraNOTA: 20/20

Y la cumbre tiene dos picos: la anterior y YO A TI TAMBIÉN. Una serie de metáforas ingeniosas y, en general, una letra currada que expresa el entusiasmo y que demuestra que el amor es sano, no una serie de relaciones de dependencia. Amaia es una mujer con carácter y en sus canciones habla de lo que ama, sin tambalearse sus cimientos emocionales en casos de amores no correspondidos, traiciones y demás situaciones. Al menos, es lo que refleja con su música, y lo que casi ningún artista en este país expresa. El estribillo es pegadizo a la par que atemporal. Aunque suene muy inglés y esté producida por un sueco, lo cierto es que me parece su canción más hispana. Estoy algo cansado de que la música española, y aquella que suena como tal, venga con estigmas. ¡Hay muchos prejuicios! La música no se distingue por su nacionalidad, sino por si es buena o mala. Y Yo a ti también forma parte del primer grupo, el de la buena. Interesantes son, sin duda, los oh oh oh que se prolongan hasta el final, los cuales pronostican unas pinceladas rockeras en las últimas pistas. NOTA: 20/20

LOS ABRAZOS ROTOS tiene poco de rock en apariencia, pero posee el carácter es más propio del rock que del pop. Comienza con una dulzura entrañable; avanza con algo más de ritmo y de garra; estalla en un final muy R&B, muy góspel y un aire muy americano. El estribillo no será la gran baza del tema, pero la producción realza sus cualidades y contribuye, junto con la encomiable producción, a emocionar al oyente. Es muy pronto para sacar conclusiones, pero se presenta desde el principio como una de esas canciones que trascenderán, que no se dejarán morir fácilmente. Memorable.  NOTA: 17/20

CONTIGO NO ME VOY trae un mensaje psicológicamente muy sano: "Te quiero, pero me haces sufrir, y antes que tú, estoy yo". Más o menos, de eso habla la letra, tal y como dijo Amaia en Cadena Dial el pasado sábado. Es muy pop, tiene un rollo muy 4", Cuídate y Puedes estar conmigo, pero muy actual y mucho más rockera. ¿La instrumentación? Enorme. ¿La interpretación? Enorme. ¿Las estrofas? Enormes. ¿El estribillo? Correcto. Sí, es cierto, es muy contundente y es redonda, pero a mí no transmite tanto como las demás. Es una canción que podría incluirse en el álbum de muchos artistas. Es un tanto genérica. Con todo, a la mayoría de seguidores les parece el trallazo del disco; a mí me parece una canción que merece ser escuchada y que sorprenderá a muchos. NOTA: 16/20
NOTA DISCO FÍSICO: 18,1/20

AZUL ELÉCTRICO es el bonustrack de iTunes. Quiero decir que esta estrategia de Sony Music para vender más y para incitar a los seguidores de Amaia a comprar el disco varias veces (aunque se pueda comprar aparte) me parece bochornosa y "castiga" a todos los que compramos, o mejor dicho, compraremos (faltan dos días para que salga a la venta en tiendas). Luego se quejarán de la piratería y de las descargas ilegales, pero luego sí que nos hacen la putada de tener que comprar canciones huérfanas, perdidas en varias plataformas. Yo compraré el disco físico en FNAC, pero que no cuenten conmigo para estos "negocios". Me niego. Tanto en la música como en la letra, sorprende por sus aires oscuros, por su potencia y garra y por sus reminiscencias a los temas más potentes de Lo que te conté mientras te hacías la dormida  y a París, cuando Amaia canta: "que me querrás hasta el final". NOTA: 16/20


MADRID-IPANEMA no será la canción más memorable de su carrera. Carece de un estribillo pegajoso y de una riqueza musical como las de las canciones anteriores. ¿Para qué engañarnos? No obstante, en ella vemos a una Amaia que arriesga, que se acerca a la bossa nova y que nos ofrece una canción relajante, sincera, sin pretensionesNOTA: 14/20

viernes, 12 de septiembre de 2014


He aquí la quinta parte de la serie de especiales sobra la obra maestra de Miguel de Cervantes. A diferencia de las cuatro primeras partes, donde han predominado lo objetivo, pequeños fragmentos del texto y el análisis minucioso y escueto, al mismo tiempo, esta vez he escrito un post más sencillo, donde expongo simplemente mi valoración y las virtudes del texto. 
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Si hay una novela que no deja indiferente, esa es Don Quijote de la Mancha. Mientras que muchos la han leído, incluso varias veces, otros muchos postergan el momento de su lectura. Las razones son diversas: por abrumarles el número de páginas, por haberse publicado hace cuatrocientos años y, sobre todo, por falta de interés. Se necesita motivación, ganas de devorar cada línea, porque el resto ya lo aporta Cervantes. 

¿Y qué es el resto? Unos personajes bien trazados, un manejo de la prosa vital, fluida y bien organizada, un argumento prácticamente inexistente con una multiplicidad de lecturas e interpretaciones y una gran variedad de estilos y géneros literarios.

Para empezar, el Quijote es un encuentro de personajes dispares, pero contenedores de las cualidades humanas. Son un reflejo de la soberbia, el racionalismo, el idealismo, la inseguridad, la humildad, la hipocresía y del resto de cualidades humanas. Por ello, es fácil empatizar con ellos. Es un deleite contemplar cómo la vida de los personajes viene determinada por la ficción. Todos los personajes incluyen en su vida la ficción, ya sea poniendo en práctica las aventuras de la literatura caballeresca, en el caso de don Quijote, ya sea burlándose de Alonso Quijano mediante la invención de conflictos ficticios. Asimismo, la cantidad ingente de personajes, de ambientes y de aventuras contribuye a que el texto no pierda frescura y se mantenga e incluso incrementa el tono irónico y ameno. Con todo, admito que las historias intercaladas, en su mayoría, no son muy atrayentes a primera vista. Por eso, los lectores actuales tenderán a leerlos por encima, porque atropellan el ritmo vertiginoso de la obra. 

En boca de Sansón Carrasco, Cervantes advierte de que su obra se interpreta de distinto modo según la edad del lector. He disfrutado desencriptando los mensajes del autor a golpe de aventuras memorables y situaciones, a veces más sentadas y otras más disparatadas. De ahí, surgen innumerables interpretaciones, de las cuales aún me faltan bastantes por percatarme. Con todo, enumero las siguientes: la importancia de que cada individuo vele por la justicia sin relegarlas a las instituciones, el daño que produce la soberbia y la presunción (pues don Quijote cree que sus sentencias están por encima de las del poder judicial), el camino del hombre hasta que se encuentra a sí mismo y se acepta con sus virtudes y defectos, la escasa distancia entre el burlador y el burlado, la conveniencia de que los seres humanos se comprendan y se toleren aun sin compartir el mismo sistema de valores, la necesidad de luchar por nuestros ideales...

También ha sido una lectura placentera gracias a la variedad de géneros y estilos, lo que obstaculiza que la monotonía invada las páginas de la novela. El género epistolar aparece, por ejemplo, con las cartas que se escriben Teresa Panza y su marido, y don Quijote y Sancho. La novela cortesana se halla en algunas historias interpoladas. Así las cosas, el lector encuentra otro motivo más para proseguir la lectura: conocer mejor las tendencias literarias, la literatura anterior y conocer mejor algunas técnicas actuales, como el multiperspectivismo.

Antes de acabar, puntúo al Quijote con un 10. Es el libro que más me ha emocionado y cada vez que lo menciono, me conmuevo, porque presiento que ningún otro libro podrá superarlo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Después de publicar la crítica al primer disco de Amaia, hoy continúo con 2. En unos días, cuando se publique Si Dios quiere, yo también, publicaré la de este. Gracias por leer. Podéis comentar al final de la entrada.

AMAIA MONTERO – 2 (2011)

CUESTIÓN DE SUERTE. Teclados de iglesia y un coro gospel son el preludio de la madurez vocal de la cantante. Las estrofas vienen repletas de susurros que explotan en uno de los estribillos más contundentes de toda su carrera. La producción es impecable y buena prueba de ello es ver cómo progresa el sonido, cómo va tomando fuerza. Este primer corte se viste de una letra aparentemente directa, pero realmente simbólica. La temática parece doble: muchos la verán como una canción amorosa más, pero otros la relación con su ruptura con LOVG. A pesar de ello, le resta puntos las estrofas que traen a la mente a Sorry Seems to be the Hardest Word de Elton John. NOTA: 18/20

CAMINANDO. El primer single, muy similar a Geografía de LOVG, sorprendió por sus ritmos latinos, después de la sobriedad del primer álbum. Su producción, inmejorable, está muy por encima de la letra, llena de clichés, y de la canción en general, algo desfasada. Es muy de la década pasada. Sin dudarlo, me atrevería a decir que repercutió en las ventas del disco, algo escuetas. Fue una mala elección, a pesar de su estribillo pegadizo. Asimismo, la estructura me parece caótica, aunque, en realidad, respeta la estructura de la música pop de toda la vida. Ese caos, como ya había mencionado, lo encuentro en la letra: parecen frases sueltas, seguidas unas detrás de otras de modo aleatorio. NOTA: 14/20

DÓNDE ESTABASMuy orejera, pero sobre todo muy Amaia, por su letra con garra y el modo de cantar de ella. Saca en la tercera pista su carácter para reprochar a una hipotética pareja que esta la hubiera abandonado y que ahora viniera para retomar el tiempo perdido. Sus magistrales estrofas, además de originales y frescas, y su solvente prestribillo la debieron hacer primer single, aunque fueron los estribillos los que la relegaron a tercer single. Su gran inconveniente es que son demasiado largos y carecen de cambios de ritmo; todo ello la hace algo monótona y eso que la idea era magnífica. NOTA: 16/20

TU MIRADA. Por fin, llega el baladón del disco, segundo single y primer tema de Amaia con un corte clásico y, al mismo tiempo, actual. Se trata de un tema emocionante, especialmente en el verso "solo una vez y ya no puedo", y a golpe de esas virguerías que hace la irunesa con su voz hasta sacarle todo el potencial a la composición. E l gran baladón del disco. Suena a clásica. La garra que le imprime al cantar impide que las estrofas, pausadas, se hagan pesadas. Todo lo contrario, de principio a fin, atrapa al oyente. En resumen, un tema redondo, por mucho que recuerde ligeramente a unos segundos de Mamma Mia de ABBA. NOTA: 20/20

SABES rompe con la solemnidad y los tintes de himno de Tu mirada. Es Caminando 2, pero, en este caso, con algo más de personalidad que en el primer single. Es evidente que A. Montero no estuvo muy acertada, ni en la letra ni en la música, cuyo estribillo es primo hermano de Color esperanza. Con todo, las estrofas son muy disfrutables y lo que es más importante: aporta variedad. De todos modos, en el disco se juega con tantos estilos que se convierte en una colección inconexa y deslavazada de canciones. NOTA: 13/20

NOVIEMBRE. Evocadora, original, elegante, nostálgica, con una letra digna y a la altura de la melodía. Es una canción para escuchar con los ojos cerrados, para soñar. Sí, es un tema de ensueño, porque, aparte de los adjetivos anteriores, es estupenda vocalmente. Gracias, también, a los coros gospel. Si Tu mirada y Una sola vez me lo permiten, Noviembre es la joya del discoNOTA: 20/20

Una canción pop redonda es HASTA SIEMPRE, COMPAÑERO. Al igual que 407, se la dedica a su difunto padre, pero en esta ocasión es, por así decirlo, optimista, donde se percibe que Amaia va cicatrizando las heridas de su fallecimiento con entereza. Desde principio a fin, estremece. Y lo hace a golpe de un bajo protagonista en las estrofas, de una letra muy trabajada y sincera, de los coros del prestribillo, de un estribillo contundente y de trompetas a partir del tercer minuto, que la hacen aún más celestial. NOTA: 17/20

Más cercana al primer álbum que al segundo, PERDÓNAME es una balada clásica, pausada y con una de las letras más características de Amaia. A decir verdad, poco aporta al conjunta, es un déjà vu... Como suelen decir en los foros, es muy random. Con todo, resulta agradable al oído. NOTA: 13/20

Y llega la enorme UNA SOLA VEZ. Estrofas reggae, estribillo muy pop, pero con chispa y original. Noviembre podrá ser su mejor canción, si nos acercamos a la objetividad, pero realmente mi canción favorita de Amaia, la que más me anima es esta. Nunca me cansaré de sus cambios de ritmo constantes y de cómo los hilvana mediante una letra genuina. De todos modos, Amaia peca de dulcificar demasiado su voz. Con solo esta canción se justifica, si es que ya no está justificada, su carrera en solitario.  NOTA: 20/20

ENTRE TÚ Y YO cuenta con el único estribillo de tintes de rock elegantes y con el primer puente en el que Amaia rapea. Sí, como lo leéis. Desgraciadamente, las estrofas recuerdan mucho a Cuéntame de Fórmula V y la letra, dedicada a sus seguidores, si bien posee varios aciertos, resulta egocéntrica y soberbia, en el sentido peyorativo. "Tú me haces sentir que soy para ti la estrella que brilla alumbrándote a ti", canta Amaia. ¿Perdona? Que, gracias a ti, soy feliz, Amaia. A mí me encanta su música, pero, vamos, no siento que yo dependa de ella o que yo la idolatre. Un gran error que sostiene la imagen de diva de Amaia. Yo no creo que sea así, pero es que la letra es indefendible.  NOTA: 13/20

Todos los derechos de A TU LADO los cedió al programa Proniño. Sí, ese es el único punto a favor de la canción. Por lo demás, es la peor canción de Amaia en su carrera como solista. Cumple con todos los prejuicios que el público tiene hacia su música: ñoña, empalagosa, no apta para diabéticos, monótona (el estribillo es kilométrico y sin cambios). NOTA: 11/20

NOTA DISCO FÍSICO: 15,9 /20
En conclusión, Amaia Montero 2 es un disco con grandes temas por separado, 
pero el conjunto falla: demasiado ecléctico. Hallamos en él un batiburrillo de estilos, inconexo. No es un disco coherente musicalmente. Tal vez el orden de las canciones refuerza mi percepción. El orden ideal habría sido este: 
  1. Cuestión de suerte
  2. Dónde estabas 
  3. A tu lado
  4. Tu mirada
  5. Caminando
  6. Sabes
  7. Una sola vez
  8. Hasta siempre compañero 
  9. Perdóname
  10. Noviembre 
  11. Entre tú y yo
El diseño de la edición softpack me gustó, aunque habría preferido que se hubiera editado en digipack. El libreto, que, en verdad, es un póster plegado, viene con todas letras, en mayúsculas y sin tildes ni signos de puntuación.